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Drain the swamp!

Por:
  • leonardo-nunez

El grito de guerra Drain the swamp! (¡hay que drenar el pantano!) ha sido utilizado en infinidad de ocasiones por políticos estadounidenses para decir que ellos serán los encargados de sacar a quienes ocupan el poder y limpiar de una vez por todas al gobierno, desde Ronald Reagan hasta Nancy Pelosi.

Pero uno de los personajes que ha utilizado esta frase con más vehemencia ha sido Donald Trump. En sus eventos de campaña ése fue uno de los coros más repetidos para señalar que Trump, aparentemente viniendo desde las afueras del sistema, expulsaría a todos esos políticos que, en su discurso, eran los responsables de todos los males. Una versión equivalente a la expulsión de la “mafia en el poder”.

Sin embargo, la desastrosa y errática gestión de estos casi dos años de gobierno poco ha logrado para apartarse de las prácticas y males que tanto se señaló que aquejaban a Washington y, peor aún, ha mostrado que Trump, más que drenar el pantano, lo ha llenado aún más, rodéandose de un equipo que se demuestra día con día que ha roto cuanta regla y norma existe.

La punta de lanza para mostrar lo que Trump y su equipo han hecho para llegar al poder y mantenerse ahí se encuentra en la investigación que dirige Robert Mueller, el fiscal especial designado para determinar si el demócrata se coludió con el gobierno ruso para torcer el proceso electoral de 2016. Dos han sido los principales logros en las últimas semanas para esta investigación: por un lado, Michael Cohen, quien fuera abogado personal de Trump, se declaró culpable de fraude al haber hecho contribuciones y pagos ilegales para la campaña de su representado. Por el otro, la semana pasada Paul Manafort, que fue el jefe de la camapaña presidencial del magnate, también se declaró culpable por los delitos de conspiración y obstrucción de la justicia.

Pero lo más importante de Manafort tal vez no sea su vínculo con Trump, sino el portafolio de servicios que puso al servicio del republicano. Manafort fue durante décadas uno de los asesores políticos más solicitados no sólo en Estados Unidos, sino en otras partes del mundo. En especial, trabajó de cerca con políticos cuestionados internacionalmente por ser dictadores y les ayudó a crear campañas desinformativas para afianzar su poder, como lo hizo con Viktor Yanukovych en Ucrania o con el filipino Ferdinand Marcos. En su país, Manafort también se convirtió en uno de los principales consultores al ofrecer servicios de lobby para que el dinero de quien fuera pudiera convertirse en influencia política mediante la aplicación de todo tipo de estrategias ilegales: desde fake news hasta sobornar políticos.

Con este historial a sus espaldas, es natural que pudiera gestar una reunión de alto nivel entre el personal de la campaña de Trump y enviados rusos, evento que sucedió en la propia Trump Tower en junio de 2016, antes de las elecciones, y que es uno de los eventos fundamentales para la investigación de Mueller. Trump prometió drenar el pantano y sus votantes le creyeron, pero ahora él es el pantano.