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El patio de mi casa

Por:
  • larazon

Gil Gamés

El día de ayer, Gil debutó como redactor de notas de la página de sociales, en esta hora le gustaría improvisarse como fiscal, pero de hierro forjado. Diez años han pasado desde que René Bejarano logró fama en cadena nacional embuchacándose un maletín de dólares que le entregó el empresario (es un decir) Carlos Ahumada, grandísimo pillo del tamaño de Bejarano. Dios los hace y etcétera.

Bejarano andaba por la delegación Iztapalapa y le preguntaron que dónde había quedado la marmaja. Él, sobrio y modesto profesor, mju, contestó que “en su momento le informó oportunamente a los jueces que era un dinero particular que no fue a ninguna riqueza personal. No tengo riquezas, no me enriquecí por eso fui exonerado”.

Caracho, aquel dinero, como el patio de Gamés, era particular, se moja y se seca como los demás. Agáchense, y vuélvanse a agachar, los perredistas bonitos se vuelven a agachar. Antes de entrar al molinillo, Gil quisiera recordar que el personaje que nunca pudo aclarar su relación con Ahumada fue Liópez.

No, que las arañas, que el compló y la maldad, y los años pasaron y nunca supimos qué clase de relación política los unía. ¿Ninguna? Es un decir, siempre se supo perfectamente de la cercanía de Bejarano con Liópez y de la imposibilidad de éste para deslindarse de aquél (qué bonitos los pronombres demostrativos éste, ése aquél, aquélla).

Según la nota de Felipe Rodea de su periódico La Razón, en un acto al que llamó a la insurgencia civil contra la reforma energética, Bejarano dijo esto refiriéndose a los videoescándalos: “yo pago por mí y por muchos otros”. Un, dos tres por mí y por todos mis compañeros. Diantres, sólo la mafia arregla así sus pendientes porque detrás del “muchos otros” hay una amenaza. ¿El señor que está junto al consiglieri es el hermano de Pentangelli? En fon.

Bejarano al micrófono: “ya confesaron los que urdieron la conspiración que lo hicieron por dinero y por poder, que así fue como operaron con Salinas, Diego y todos los que se aliaron con ellos y evidentemente es mucho tiempo, creo que hay que reconocer los errores que se cometieron, asumir las consecuencias, pero también hay que ir para adelante”. Agáchense y vuélvanse a agachar, los perredistas bonitos se vuelven a agachar. En la conspiración horrible contra Liópez, recordemos que fue contra Liópez, Bejarano se llevó cuatro millones en un maletín y un cuarto de kilo de ligas, lo que se llama una terrible conspiración.

Desde luego, el líder de la Izquierda Democrática Nacional acusó a Rosario Robles de formar parte de la traición. Escribe Rodea: “Ahora la historia ha colocado a cada quien en su lugar. Nosotros dijimos en su momento que Rosario Robles nos había traicionado, que se había aliado con el PRI, con Diego, con Salinas, y la historia ya lo demostró. Ya nos había traicionado por ambición, por dinero, por poder”. Gil cayó al piso de cedro blanco a carcajadas: lo dice un señor que salió en la televisión con gestos más codiciosos que el mercader de Venecia. Dios mío. Este Bejarano será una parte del músculo político de Liópez en Morena. Como decía el extinto padre de Gamés: al tiempo lo hablamos.

“Todo está ahí, transparente. Fui juzgado por ocho jueces y todos indagaron mis bienes y no encontraron nada indebido, ni viajes, ni lujos, ni propiedades, ni riquezas, ni coches, ni nada”. Caracho, qué bonito es lo bonito, el señor Bejarano solamente se llevó de la oficina de Ahumada cuatro millones, por lo demás es un hombre de una honestidad valiente. Oh, sí.

Gil s’en va

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