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Frente externo

Por:
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José Manuel Herrera

La Balanza de Pagos en el primer trimestre del año reflejó la recuperación económica del país, fuerza de las exportaciones y un importante ingreso de capitales.

A finales de la semana pasada el Banco de México, gobernado por Agustín Carstens (el también aspirante a la dirección del Fondo Monetario Internacional), informó sobre la Balanza de Pagos en el primer trimestre del año.

Recordemos que la Balanza de Pagos integra todas las operaciones económicas de México con el resto del mundo. Estas operaciones pueden ser comerciales (mercancías y servicios) o financieras. Las del primer caso se registran en la Cuenta Corriente y los flujos de capital se registran en la Cuenta Financiera. La diferencia entre ambas determina la variación en la reserva monetaria internacional.

Los resultados de estos movimientos se muestran en la gráfica anexa donde destaca, primero, un déficit en la Cuenta Corriente por 1.4 mil millones de dólares, un signo que contrasta con el saldo a favor logrado un año antes. Sin embargo, este desequilibrio fue ampliamente financiado con el superávit registrado en la Cuenta Financiera, que sumó 13.8 mil millones de dólares, los cuales, no sólo cubrieron una “salida no registrada de capitales” (errores y omisiones) por 4.9 mil millones de dólares, sino que permitieron una acumulación de reservas por 7.6 mil millones de dólares, las cuales alcanzaron al cierre del primer trimestre un saldo histórico de 113.6 mil millones de dólares.

Estos números muestran que, en principio, el sector externo del país no era hasta marzo una limitante a la recuperación económica del país: El repunte de la demanda interna todavía no tenía la suficiente fuerza para que las importaciones se aceleraran e incrementaran el desequilibrio comercial; tampoco la apreciación del tipo de cambio había impactado la evolución de las exportaciones no petroleras, ni se había registrado una versión en los flujos de capital volátil al país.

Sobre esto último es de esperar que al retirarse la liquidez global producida por las políticas monetarias expansivas en los países desarrollados, los flujos de cartera se revertirán paulatinamente y depreciarán el tipo de cambio lo cual, si bien podría afectar la inflación, apuntalaría aún más al sector exportador.

manuel.herrera@3.80.3.65

Twitter: @DarkEconomist