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NAICM, o cómo no perder dinero

Por:
  • mauricio_flores

La licitación de las dos primeras pistas del NAICM se perfila como una verdadera competencia de ecuaciones técnicas y de gestión político-logística, pues las nueve ofertas económicas más competitivas presentadas al equipo de Federico Patiño por la Pista 3 tienen diferencias de sólo 3 puntos, de un total de los 50 puntos con que se evalúan los presupuestos para dicha obra… historia que con matices se repetiría esta semana en el concurso por la Pista 2.

En el núcleo “duro” de las ofertas donde participan empresas con experiencia para obras de esa magnitud, los extremos están dados por los consorcios formados por CICSA, junto con GIA de Hipólito Gerard, La Peninsular de Carlos Hank González y Prodemex de Olegario Vázquez Aldir (con 7,359 millones de pesos como oferta de cobro) y por la de ITECSA de Federico Martínez junto con Túneles y Puentes del Pacífico e Invecture (con 7,997 millones de pesos); y en el inter existen fuertes coaliciones. Pero cualquiera que gane deberá tener en cuenta, en principio, que ya no hay disponibles los bancos de tezontle y de basalto a menos de 30 kilómetros del polígono de obra, al igual que los predios autorizados por la Semarnat, de Rafael Pacchiano, para depositar cascajos. Un error de cálculo de tal costo sería fatal.

Y no menos fatal sería errar la negociación con la pléyade de 11 sindicatos transportistas (entre ellos el broncudo —pero no el más agresivo— sindicato de trabajadores de la construcción, terraceros y conexos de Armando Arias), además del SITRAM que lidera Laura Hernández, que por ley tiene el contrato colectivo de trabajo para el acarreo de materiales. Ninguno de los sindicatos cederá alegremente un centavo en el precio de metro cúbico a mover… y con ellos deberán pactar quienes ganen las pistas. La ecuación es compleja.

 Protesta sobre ruedas

Era predecible que los distribuidores de autos en la AMDA, que encabeza Guillermo Prieto, y los fabricantes agrupados en AMIA, que lleva Eduardo Solis, se opusieran al proyecto de nueva NOM para gasolinas y diesel propuesta por la CRE de Jesús Serrano. Pero si al descontento se suman los fabricantes de camiones de la ANPACT de Miguel Elizalde, la Concamin al mando de Manuel Herrera y la Canacintra que lleva Enrique Guillen, es clara la preocupación por una norma que reduce en casi 17% los niveles de olefinas, benceno y octano, a fin de facilitar la importación de combustibles, aunque ello multiplique la contaminación por ozono. El aplauso fácil por combustibles baratos sería costoso para la salud de millones.

 ¿Y la blindada Apá?

Pareciera que la consejera Adriana Fabela ahorra para la mudanza, pues además de aspirar a cambiar su domicilio laboral del INE al TEPJF, sustituyó su Mercedes Benz por una camioneta blindada con placas del Estado de México, aunque vive en Coyoacán. ¿Será para evitar una tenencia tamaño predial, o para despistar a sus ex asesores con los que acabó mal su relación laboral en el INE?

mflores37@yahoo.es

Twitter: @mfloresarellano