¿Por qué los mexicanos no pagan impuesto predial?
Engge Chavarría Hernández
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) afirma que la receta para mejorar los ingresos tributarios del país es elevar los impuestos, entre ellos el predial, pero los ciudadanos pocos resultados ven por el pago de este gravamen.
Todo impuesto es imposición, y por tanto genera resistencia. Existe una obstinación natural a pagar el gravamen porque el ciudadano siente que no se le da nada a cambio y que da siempre sin recibir un beneficio.
Ante esta negativa el Poder Ejecutivo y el Legislativo y, los gobiernos locales no observan que estén generando políticas que mejoren la percepción para impulsar el pago del impuesto predial.
El comentario es a raíz de que hace poco más de una semana, en el Senado de la República, se aprobó la reforma en materia de registro público inmobiliario y catastros y con miras a que se autorice en cada uno de los Congresos locales para su ratificación.
Para los que están dentro de la operación de esta parte de la recaudación es una buena señal, al menos para aquellos que están interesados en comprar, vender o saber el estado en que se encuentran los documentos oficiales de un inmueble.
Es decir, si cuenta con un registro, a quién pertenece, si han sido pagados con regularidad los impuestos locales y federales que se generan alrededor de una casa.
Pero para el ciudadano, aún no hay una respuesta clara de por qué se debe pagar el impuesto predial.
Emigdio Archundia, catedrático de la Universidad Guadalajara y quien lidera el grupo académico Entorno Tributario y Cultura Fiscal, sostiene que el impuesto predial ya perdió su naturalidad: Recaudar para financiar el costo de los bienes y servicios públicos (mantenimiento en buen estado de calles y alumbrado público).
Agreguemos a esto que los problemas administrativos que presentan los municipios del país y que desde luego impactan negativamente en la recaudación, se presentan por la calidad insuficiente de la administración pública porque evita que los ciudadanos tengan credibilidad en el gobierno, de ahí la falta de cultura tributaria.
Pero, como en todo proyecto, paso a paso. Hoy con esta reforma uno de los objetivos es la recaudación del impuesto predial y traslados de dominio, así como crear una norma que unifique los procedimientos registrales, agilizar los trámites para proporcionar seguridad y certidumbre jurídica.
Sólo falta dar el otro paso: que el dinero que se recaude se traduzca en obras de infraestructura, mejoras para la vivienda, para que de este modo sientan las familias que se está haciendo una inversión con su dinero.
También debemos reconocer que los legisladores tuvieron con esta reforma un gran acierto, pero para que no se quede en buenas intenciones los gobiernos locales requieren de recurso humano e infraestructura tecnológica en cada una de las oficinas para el pago del impuesto predial.
Ya que existen equipos y sistemas antiguos que redundan en una deficiente atención a los contribuyentes. Porque quién no se ha enfrentado a una fila de al menos una hora para pagar el ¡bendito impuesto!
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