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Venga 2015

Por:
  • larazon

Mónica Garza

“El milagro más grande es estar vivo”.

Tich Nhat Hanh

De acuerdo con legendario horóscopo chino el 2014 fue el año del Caballo y yo diría que en esta ocasión se trató de un caballo desbocado que nos sacudió a todos tanto en nuestras trincheras individuales como en las colectivas.

En México el 2015 será por muchas razones, una pasarela de consecuencias de lo que se hizo bien y lo que se hizo muy mal en el año que termina.

¿Donde se verá más claro? En las elecciones que en esta ocasión ocurrirán de cara a un ciudadano mexicano mucho más informado, más exigente y —quizá lo más peligroso— más enojado.

En el 2015 se renovarán nueve gubernaturas, 500 diputados federales y 17 congresos locales, la Asamblea Legislativa y 16 jefaturas delegacionales.

Si aprendimos la lección, probablemente podremos tener un año de cambios profundos y a la vez de oportunidades doradas como sociedad.

La lupa se antoja implacable en las próximas elecciones intermedias que serán un proceso muy interesante y hasta morboso.

De entrada, César Camacho, dirigente nacional del PRI, casi como regalo de Día de Reyes le dará a sus aspirantes a candidatura, un convenio a firmar donde autorizarán investigaciones de su patrimonio y pruebas antidoping. ¡No vaya a ser!

En el PAN también ya leyeron la cartilla, y su líder nacional, Ricardo Anaya —cual activista por la paz—, termina el año dedicando gran parte de su tiempo a buscar la unidad donde no la hay, es decir, a lo largo y ancho de su partido.

¡Menuda chamba!...

En Michoacán algunos ya sienten los vientos favorables para Cocoa Calderón, quien buscará nuevamente la gubernatura de ese estado, sin haber perdido cualquier mínima oportunidad de generar ventajas desde la factura alta y vergonzosa que dejó la familia Vallejo con su gobierno en bloques.

Algo que también beneficia al perredista Silvano Aureoles, quien también buscará nuevamente la gubernatura de Michoacán, aunque esta vez desde una izquierda que en el 2014 quedó particularmente mal parada.

Tanto que a Carlos Navarrete, líder nacional del PRD, ni la bohemia que tanto le gusta le debe bajar la angustia de ver el estado en el que su partido va a recibir el año nuevo, arrastrando figuras como la de José Luis Abarca en Guerrero y la de Jesús Valencia, el escandaloso delegado de Iztapalapa.

Pero el 2015 también podría traerle a los mexicanos la visita del Papa Francisco. Algo que sin duda podría calmar un poco los ánimos caldeados —con toda razón— del ciudadano mexicano, eso sí, siempre fiel.

Esto podría ocurrir en el mes de septiembre, aprovechando que el pontífice hará un viaje a la Unión Americana para estar presente en la Reunión Mundial de Familias, programada para realizarse en la ciudad de Filadelfia.

Pero mientras el futuro llega no está de más reflexionar sobre lo pasado y lo aprendido en este agonizante 2014.

Los últimos días del año siempre tienen un sabor agridulce con el que se apura el cierre de un ciclo y se saborea la esperanza que provoca la idea de un volver a empezar.

Ojalá no tuviéramos que esperar tantos meses para abrazarnos con esta solidaridad. Ojalá entendiéramos que el fin puede llegar todos los días del año y entonces vivirlos como tal.

Pero como nos encanta andar poniéndole fechas a la vida, ahí estamos acomodando nostalgias y desempolvando esperanzas para llevarlas de fiesta particularmente el próximo 31 de diciembre.

Yo agradezco a todos ustedes el honor de su lectura y el placer de compartir cada semana una nueva historia, en esta aventura epistolar que inicié este año en el diario La Razón y que sin duda ha sido uno de los grandes regalos que me habrá dejado el 2014.

Durante las próximas semanas esta columna y la que escribe haremos un alto en el camino, deseado y muy necesario. Pero ya entrado el 2015 volveré con otras historias de personajes cuyas circunstancias los hacen de pronto un poco más visibles, pero que al final de cuentas son todos Gente como Uno.

¡Hasta Pronto!

monica.garza@razon.mx