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Eastwood explora el narcotráfico

Por:
  • jesus_chavarria

No cabe duda que después de casi medio siglo de ponerse detrás de las cámaras, ya no importa qué tan altas o moderadas sean sus pretensiones, Clint Eastwood no pierde el pulso narrativo, ni la abrumadora corrección que le caracteriza. Algo que en este caso conjuga con el encanto y elocuencia de la simpleza, para ponerle al servicio de una propuesta que de nueva cuenta, como cada cierto tiempo en su filmografía —Gran Torino (2000), Jinetes del Espacio (2008)—, le otorga el protagonismo a un personaje de la tercera edad, pero a través de un guion de Nick Schenk —basado en un artículo publicado en The New York Times—, que le lleva a un contexto poco usual en el cine, lo que la hace aún más interesante.

En La mula, seguimos los pausados pasos de un Earl Stone, veterano de la guerra de Vietnam, quien a sus ochenta años está en quiebra, es entonces que acepta un trabajo aparentemente fácil, sólo tiene que conducir y hacer unas entregas. Por un tiempo todo funciona de maravilla, sus ganancias incluso le sirven para solventar problemas  de otras personas, el problema es que esto le pone en la mira de los agentes encargados de investigar las actividades de un cártel mexicano.

http://www.youtube.com/watch?v=W-2yjVLx8ZM

Con un Bradley Cooper medido y enfocado en darle la réplica ideal como uno de los agentes de la DEA, que le siguen la pista, Eastwood va delineando una de sus acostumbradas interpretaciones sostenidas por el oficio, entre momentos que van de lo trágico a lo divertido.

The Mule —por su título original—no es lo mejor del director, pero no decepciona como entretenimiento y además tiene el acierto de llamar la atención hacia formas muy específicas.  La opción para quien busca una historia bien contada.

El Dato: El director se basó en una historia real, y para modelar su caracterización, recordó a su abuelo.