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Examen de conciencia a la Iglesia española

Por:
  • luciana wainer

Examen de conciencia es una serie necesaria. No me podría detener a hablar de los planos ni de los tecnicismos cinematográficos como en otras producciones, estoy segura de que alguien se encargará de eso. El núcleo magnético del cual parte su importancia tiene que ver con la verdad. Y con el silencio. Y con la injusticia. Y con el dolor. Sí, este último se hace latente en cada minuto de los tres capítulos y en cada palabra dicha o callada de los testimonios que allí se reúnen y, también, aparecerá seguramente, en cada espectador que se detenga a escuchar.

Examen de conciencia recopila testimonios de víctimas de abuso sexual infantil dentro de la Iglesia española y visibiliza el encubrimiento sistemático que se ha hecho por parte del clero. España es uno de los países que no cuenta con cifras oficiales de casos de pederastia en la Iglesia y que, a pesar de haberse creado recientemente una comisión de investigación especial, ésta no tiene representación de las víctimas y está conformada únicamente por religiosos, a diferencia de Bélgica y Holanda, por ejemplo, cuyas investigaciones están supervisadas por entidades independientes. Sin embargo, el abuso sexual de menores en la Iglesia no es un tema regional ni aislado; a lo largo y ancho del planeta, los casos se repiten y las metodologías de operación de los depredadores sexuales de tan similares, hielan la sangre.

La empresa a la que se enfrenta Albert Solé, periodista y director de la docuserie, no es fácil: reunirá testimonios de víctimas, pero a su vez, también le dará voz a acusados y a miembros de la Iglesia. Frente a este panorama, los espectadores seremos el ojo indiscreto que se adentra en el mundo de los unos y los otros. No habrá forma de salir ileso, las palabras traspasan la pantalla y golpean en lo más profundo de la empatía, en lo más humano de nuestro ser.

Examen de conciencia muestra la valentía de quienes han podido superar el miedo y alzan la voz para acabar con la impunidad, e impedir que se les destroce la vida a otros niños que podrían estar sufriendo lo mismo que ellos padecieron años atrás.

http://www.youtube.com/watch?v=qxxXomjeSXc

Con cada silencio, con cada pausa que se prolonga más de lo normal, imagino una concatenación de imágenes desgarradoras que se entremezclan en la memoria y son traídas al presente actualizando su dolor y reavivando una herida que, haciendo caso omiso del tiempo transcurrido, jamás termina de cicatrizar. Intento imaginar, también, las sensaciones físicas que se presentan con cada repetición de la historia; a los padres, primero, a algún confidente, después, frente al tribunal, en algunos casos, delante de la cámara de Netflix, en este momento. Porque la justicia puede prescribir delitos, pero el dolor no desaparece, el horror se transforma.

Examen de conciencia es una serie necesaria, lo repito. Necesaria porque es una problemática de la que sólo vemos la punta del iceberg, porque la mayoría de las víctimas aún permanecen en silencio, porque la justicia es una deuda pendiente. Necesaria, porque la verdad no se puede esconder.

Cuando hablamos de pederastia en la Iglesia, el miedo tiene que cambiar de bando.