La crisis que atraviesa Acapulco por el paso de Otis se extendió a Chilpancingo, desde donde se están coordinando las acciones para apoyar al puerto, pero que comienza a padecer su propia crisis.
Ante el desabasto de combustible en Acapulco, desde el viernes empezaron las largas filas de vehículos en las gasolineras de la capital guerrerense, que continúan la mañana de este sábado.
En un recorrido realizado por La Razón en gasolineras de la avenida Benito Juárez e Insurgentes, en Chilpancingo, se observaron las filas de automóviles, algunos provenientes del puerto y otros de la misma capital del estado, que buscaban abastecerse ante lo que temen que sea una crisis de escasez.
“Siempre que pasa alguna tragedia en Acapulco nos pega acá (en Chilpancingo), por eso yo vengo con mis galones (bidones) para llevar una reserva, porque al rato van a limitar la compra y lo mismo va a pasar con los alimentos”, dijo Efrén, quien estaba formado para comprar gasolina.
Comentó que no necesitan un aviso del gobierno para esperar una crisis de escasez, “por eso ahorita mi esposa se fue al Soriana a comprar varias cosas, porque dicen que va a empezar a faltar de todo, porque ya tenemos a los de Acapulco buscando ayuda acá”.
De hecho, en centros comerciales como Soriana y Bodega Aurrerá, en Chilpancingo, esta mañana se observó una importante afluencia de personas que acuden a hacer compras “de pánico”.
“Para mí sí son compras de pánico, porque no les está llegando la ayuda a los de Acapulco y muchos ya están llegando acá y buscan lo que pueden, nada nos garantiza que no haya escasez, yo necesito lo de mi familia, sobre todo lo de mi bebé, no puedo arriesgarme a que después no haya pañales,”, dijo Miriam, quien acudió a la Bodega Aurrerá cercana a Paseo Cervantes. Además, tanto en esta tienda, como en la de Soriana de Boulevard Juárez Cisneros, se observó un reforzamiento de la seguridad privada.
Tanto tiendas de autoservicio como mercados de Chilpancingo ya reciben a personas provenientes de Acapulco, que buscan abastecerse, algunos, y otros quedarse y también salir con rumbo a Cuernavaca o la Ciudad de México.
En el Mercado Baltazar Leyva Mancilla, cercano a la terminal de autobuses, hay constante actividad, con “marchantes” provenientes del Puerto.
“Yo vine por comida, porque allá (en Acapulco) no hay nada, nos organizamos entre varios y venimos en la camioneta de un vecino, nosotros paramos aquí a comprar todo lo del Mercado y otros se fueron a la Bodega (Aurrerá) por el papel de baño y artículos de higiene personal, no tenemos ni toallas (femeninas) ni medicinas ni agua. Salimos anoche y nos hicimos como nueve horas, pero ahorita regresamos cargados con cosas para todos”, comentó Isis, originaria de Acapulco, quien acudió al Mercado Baltazar Leyva Mancilla.
En la central de autobuses de Chilpancingo se concentra gran parte del caos que Otis “aventó” de Acapulco, debido a que todavía no se regularizan las corridas para viajar, pero muchos de los que lograron salir del puerto buscan alternativas.
“Nosotros estamos buscando hoteles, pero ya no hay nada, checamos si alguien renta casa o algo, pero nada, nadie nos apoya, así que estamos esperando para colocarnos en un camión a Cuernavaca o a la Ciudad de México”, dijo Yamilet, quien comentó que trabaja en la Ciudad de México y que regresó para sacar a su familia de Acapulco, porque Otis arrasó con su vivienda y la única alternativa que encontró fue “sacarlos a todos”.
“Obviamente no se querían salir, pero ahí ya no se podían quedar, ni mis papás ni mi hermano, porque también empezaron a meterse en las casas, entonces claro que nos duele, pero más nos va a doler si pasa otra tragedia”, dijo.
Otro joven que aguardaba en la central de autobuses buscaba ir a Acapulco para ayudar, dijo, a su hermana, tías y primos.
Mencionó que incluso buscó en Airbnb si había opciones para que pudieran quedarse sus familiares en Chilpancingo, “pero no hay nada”.
En un recorrido por hoteles de Chilpancingo, se constató que no había disponibilidad de habitaciones: “Es que también vienen muchos de la Ciudad de México por lo del huracán y están hospedados aquí en Chilpancingo”, mencionó personal del Holiday Inn, mientras que la misma negativa se encontró en otros hoteles, así como en reservaciones por internet.
Otro aspecto afectado en la capital de Guerrero es la falta de servicios bancarios, ya que prácticamente todas las compras y servicios se deben pagar con efectivo, debido a las fallas en el sistema para el cobro con tarjetas.
En Chilpancingo, igualmente se observan recorridos por parte de los elementos de seguridad locales y un mayor paso de vehículos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina.
AM