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Montserrat Salomón

T-MEC y las energías verdes

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Por:

La administración de Biden no pierde el tiempo. En las pocas semanas que lleva al frente de EU ha inundado su escritorio de órdenes ejecutivas que buscan borrar las políticas insignia de Trump y enderezar el barco dentro de uno de los escenarios más inciertos que ha afrontado un presidente en los últimos años. Una crisis de salud, desempleo, malas relaciones internacionales y una sociedad dividida con los ánimos crispados, un reto a la altura de un político con fama de ser un buen negociador a la hora de tender puentes entre su partido y sus opositores.

Salud, cambio climático y el problema de la migración ilegal han centrado gran parte de la atención del mandatario. Casi de inmediato vino el anuncio de que EU regresaría al Acuerdo de París. Del mismo modo, una de sus primeras llamadas fue para el Presidente de México para hablar de temas de migración y del complicado tema del Tratado de Libre Comercio (T-MEC).

Aunque Biden ha dado muestras de querer reactivar programas como el acceso a la ciudadanía para los dreamers y ha anunciado la suspensión de la orden que obligaba a los migrantes en busca de asilo político a esperar por meses sin término del lado mexicano de la frontera hasta que su caso sea escuchado, no todo es miel sobre hojuelas. Biden cuenta con la ventaja de tener firmado el T-MEC, negociado por la administración Trump, por lo que puede desembarazarse de las críticas por la agresividad del mismo hacia sus vecinos y socios comerciales.

En el caso concreto de la inversión privada en el sector energético, tema colindante con una de las principales banderas electorales de Biden: el cambio climático, México se enfrenta a una encrucijada. Nuestro presidente ha cerrado el sector a la inversión extranjera y ha desincentivado las energías limpias, buscando fortalecer a la compañía estatal de electricidad y a Petróleos Mexicanos. Esta disposición va en contra de los estatutos del T-MEC y pone a López Obrador entre la espada y la pared.

Biden presionará a México para que abra el sector a la libre inversión, se sume a los esfuerzos por frenar el cambio climático al impulsar energías limpias y para que permita que las leyes laborales y sindicales puedan asemejarse a lo descrito en el T-MEC. Estos tres puntos chocan directamente con lo anunciado por el Presidente mexicano. Sin embargo, la moneda de la migración podría ser la estrategia de negociación que permita llegar a acuerdos entre los mandatarios.

Tendremos que estar atentos del resultado de la reunión bilateral para saber qué tanta libertad le dará Biden a López Obrador en la interpretación del T-MEC y hasta dónde puede forzar la mano de su vecino y socio comercial para cumplir con el tratado sin intervenir en su política interna.