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El valor de una oportunidad

Por:
  • David Leon

¿Qué sería de nosotros sin aquella valiosa oportunidad que esa persona nos dio? Me vienen a la mente al menos 10 personas que me han dado una oportunidad dorada, en momentos realmente apremiantes, que me han permitido ir construyendo mis sueños.

No basta el entusiasmo, los sueños, el talento y la disciplina. Todos hemos requerido de una primera oportunidad para comenzar nuestros proyectos. Una oportunidad para prepararnos, una oportunidad para mostrar nuestro talento, una oportunidad para demostrar de lo que somos capaces. Las oportunidades son un voto de confianza. Está en cada uno de nosotros aprovecharlas. Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo, todos juntos, sociedad, iniciativa privada y Gobierno, por dar oportunidades. Pienso en los cerca de 31 millones de jóvenes que componen nuestro país, de los cuales, cerca de 40 por ciento vive en condiciones de pobreza. ¿Quién les ha tendido la mano? ¿Quién les ha dado una oportunidad? ¿Quién les ha dado un voto de confianza?

Muchos de los males que sufre nuestro país encuentran su raíz en el abandono de nuestros jóvenes. Sus padres, en muchos de los casos han realizado un esfuerzo sobrehumano para brindarles alguna oportunidad; en otros, el esfuerzo ha sido insuficiente o no ha existido, imprimiendo abandono en la niñez y adolescencia, lo que se refleja en miles de historias de jóvenes desempleados, sin opciones de estudio, desilusionados y, en el peor de los casos, presos o muertos.

¿Construimos procesos e instituciones incluyentes? ¿Buscamos que más gente a nuestro alrededor tenga oportunidades? El Gobierno de México se ha propuesto dar oportunidades, especialmente a los jóvenes que menos tienen. Se vale estar a favor o en contra de ciertos gobernantes o integrantes de algún equipo de Gobierno; sin embargo, déjeme poner sobre la mesa dos acciones que he podido comprobar que han dado resultados; es decir, han brindado oportunidades: becas para jóvenes sin empleo ni estudio y becas para estudiantes de distintos niveles educativos.

En mis recorridos por las comunidades de nuestro país he tenido el gusto de corroborar cómo miles de jóvenes participan en una capacitación, reciben una beca económica, además de tener acceso a los servicios de salud; he conocido también a muchos de ellos que ya han abandonado el programa de capacitación por haber sido contratados formalmente. Es decir, recibieron una oportunidad para capacitarse y, posteriormente, recibieron una oportunidad para emplearse. Además, he podido constatar, por una parte, cómo en distintos puntos del país, las becas permiten a los jóvenes seguir estudiando, disminuyendo el número de jóvenes que desertan por falta de recursos; y por otro lado, ser testigo del crecimiento de la matrícula de jóvenes estudiantes. Es decir, se les brinda la oportunidad de seguirse preparando.

Nos falta mucho trabajo por realizar; sin embargo, considero que un país que le da la espalda a sus jóvenes está condenado al fracaso; tal como por años sucedió en nuestro país. Las oportunidades que el Gobierno está dando a los jóvenes deben acompañarse de valores y cariño, que permitan a cada uno de ellos construir sus sueños y construir, al mismo tiempo, un mejor país para todos.