Mauricio Leyva

El archivo de Sherlock Holmes

FRONTERA DE PALABRAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Estaba yo completamente decidido a acabar con Holmes,

convencido de que no debía dejar que mis energías literarias

se vertiesen con exceso en un mismo cauce.

Artur Conan Doyle

Abordar el tema de la novela policiaca nos remite a los personajes que forman parte tanto del mito fundacional del género como de la realidad innegable de los literatos, cuyas mentes trazaron una ruta a seguir para las generaciones venideras. Este es el caso de Sherlock Holmes, detective emblemático de quien su autor Arthur Conan Doyle refiere: Me acomete el temor de que Sherlock Holmes acabe convirtiéndose en uno de esos tenores famosos que, por haber sobrevivido a la época de sus triunfos, se dejan llevar de la tentación de repetir una y otra vez sus saludos escénicos de despedida ante públicos indulgentes. Esto tiene que acabar, y Sherlock Holmes debe seguir el camino de todo lo que es carne en el sentido material o en el de la fantasía. Es grato pensar que existe algún fantástico limbo para las criaturas de la imaginación, algún lugar desconocido e imposible en el que los elegantes de Fielding siguen haciendo el amor a las hermosas de Richardson y se contornean pomposos los héroes de Scott, y los encantadores Cockneys de Dikens arrancan todavía risas, y los mundanos de thackeray persisten en su conducta censurable. Quizá Sherlock Holmes y su Watson hallen un rincón humilde en este Wahalla, dejando el puesto que ocuparon en el escenario a algún sabueso todavía más astuto, y al que acompañe un camarada que lo sea todavía menos.

Casi como preludio de lo que llegaría a ser Sherlock Holmes en la historia de la literatura, Conan Doyle escribió estas palabras al presentar Los archivos, una novela interesante, ingeniosa y llena de misterios casi indescifrables la cual contiene doce historias relatadas por el Dr. Watson, excepto dos que nos narra el detective Sherlock Holmes. En el libro hay una asignatura pendiente de Holmes, tal es el caso de La inquilina del velo y eso, de entrada, es una provocación para cualquier amante de los clásicos lo mismo que el sótano del banco Cox and Co., en Charing Cross en donde existe un estuche grabado con las iniciales de Watson que contiene los informes de los casos de Sherlock Holmes y los problemas que enfrentó en cada uno. El archivo de Sherlock Holmes hace mención a casos inconclusos y oscuros secretos familiares de personajes interesantes y resulta ser, la obra con la cual Arthur Conan Doyle decidió dar por terminada la trayectoria de Sherlock Holmes

De esta forma la novela hecha a manera de despedida contiene las siguientes historias: El problema del puente de Thor, La aventura de la inquilina del velo, La aventura de la melena de león, La aventura de la piedra de Mazarino, La aventura de los Tres Gabletes, La aventura de los tres Garrideb, La aventura de Shoscombe Old Place, La aventura del cliente ilustre, La aventura del fabricante de colores, retirado, La aventura del hombre que reptaba, La aventura del soldado que perdió el color y La aventura del vampiro de Sussex. Finalmente, quien mejor para explicar el acontecimiento de Los archivos y su nostálgica despedida: Le maté pero, por buena estrella, ningún juez de investigación había levantado el cadáver y pronunciado sentencia; no me fue, pues, difícil, después de un largo intervalo, satisfacer a las halagadoras demandas y dejar sin efecto, mediante explicaciones, aquella violenta acción mía.