Acura RDX 2022, una renovación ligera

Acura es una marca de lujo que siempre ha ido de menos a más, su gama completa es reducida y su objetivo es tener un vehículo en cada nicho específico y nuestro vehículo de prueba es precisamente de un nicho muy particular, el de las SUV familiares, pero con solamente dos filas de asientos y mucho lujo.

Hablando específicamente de la RDX les podemos contar que es un modelo joven, se presentó en 2006, y su primera generación se comercializó hasta 2012, justo esa generación es la que nos llegó a México, pues por esas fechas (2004) es que la marca inició operaciones en el país. La tercera generación de RDX se presenta en 2018 (como modelo 2019) y al final de 2021 nos facelift y actualizaciones.

Estamos ante un vehículo de apariencia robusta y que recibió mejoras estéticas en la parrilla, las facias unas notorias salidas de escape y un nuevo diseño en los rines.

Porta un motor de cuatro cilindros, con un turbocargado que nos da muy buenas cifras de torque y potencia, acoplado a una transmisión automática con paletas de cambio en el volante, la tracción es integral y la suspensión el fabricante recurre al confiable esquema McPherson delantero y multibrazo trasero, los frenos son de disco en las cuatro ruedas y tiene muchas asistencias al conductor, pero de ellas hablaremos más adelante.

La propuesta de Acura para el selector de la transmisión ha sido desde hace algunos años un sistema de botones, para seleccionar P,R,N y D y además en la parte superior de dicha botonera encontramos una gran perilla, que de primera instancia podríamos pensar que se trata del selector del climatizador o el control de volumen del sistema de audio, pero al manipularlo descubrimos que no es ni uno ni otro, se trata del selector de los modos de manejo.

La vinculación con dispositivos Apple o Android ya se hace de forma inalámbrica mediante una combinación de comandos en el vehículo y en el dispositivo, que hay que hacer evidentemente sólo una vez (por dispositivo) ya que el vehículo recuerda las credenciales del adminículo que se pretende conectar y lo hace de forma automática.

La pantalla central es de 10.2 pulgadas y se localiza en el centro del tablero, bastante lejos para manipularla, pero… no hay que hacerlo, ya que la pantalla no es táctil… ¡Esperen! No se rasguen las vestiduras antes de tiempo, no es que un vehículo del nivel de la RDX no nos ofrezca lo último en tecnología de comunicación e interacción hombre-máquina.

El TTPI se acciona con la yema de los dedos y todas las acciones se ven reflejadas en la pantalla del sistema, al principio es una pesadilla entenderle, pero una vez que se interactúa con él es bastante intuitivo, mas no deja de ser latoso y engorroso pelearse con el sistema en lo que uno se lo aprende. Aquí se controla básicamente todo, y si uno es un usuario, por ejemplo de Apple CarPlay, el acomodo de apps es muy cómodo y fácil de usar.

La experiencia es de confort y buena habitabilidad antes que un manejo orientado a lo deportivo, la puesta a punto de la suspensión y el diseño de los asientos está también orientando al confort, pero tenemos un motor capaz de generar cifras de torque y potencia muy adecuadas, y vamos a recordarlas: 261 caballos de fuerza y 280 lb-pie de torque generadas gracias al turbocompresor añadido al 2.0 litros. La caja de cambios está muy bien escalonada.