La acusan de asesina y gotera pero se disculpan

La acusan de asesina y gotera pero se disculpan
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Por Carlos Jiménez

Esperanza Ortiz Trejo pasó de ser una vendedora de bisutería en su pueblo, Zimapán, Hidalgo, a una supuesta sexoservidora a la que la Secretaría de Seguridad Pública señaló como la presunta homicida de los lucahdores La Parkita y El Espectrito.

Policías preventivos la detuvieron el domingo pasado, la fotografiaron y le tomaron un video

Luego, la SSP-DF difundió sus imágenes, pero la Procuraduría capitalina la dejó en libertad pues no es ni sexoservidora y mucho menos la homicida que buscaban.

La mujer que envenenó a los miniluchadores el 29 de junio pasado, en el hotel Moderno, en el Centro Histórico, aún está libre. La Policía sólo sabe que se llama Verónica, y que le dicen La Morena. Según los reportes de la Procuraduría capitalina, al ser detenida, Esperanza Ortiz, de 54 años, contó que cada mes salía de Zimapán, Hidalgo, hacia el Distrito Federal para comprar mercancía. Y que ésta era una de esas ocasiones.

Relató que como siempre, se quedó a dormir en casa de una de sus hermanas en Chalco, Estado de México.

El sábado por la noche, acordó verse con una amiga cerca de Garibaldi, a donde llegó alrededor de las 8:30 de la mañana del domingo.

Según la Policía Preventiva, alrededor de las 9:00 de la mañana, el “tarjetero” Agustín Rodríguez Vargas llamó a los uniformados Raymundo

Campa Roldán y Fernando Jiménez para que la detuvieran.

La dependencia asegura que ese hombre les dijo que ella era una de las sexoservidoras con las que los miniluchadores habían estado bebiendo micheladas, antes de que los asesinaran. De inmediato los agentes la subieron a una patrulla.

Antes de presentarla ante el MP, la SSP-DF fotografió a Esperanza Ortiz y grabó su traslado a la Fiscalía de Homicidios. Luego difundió el material.

A las instalaciones de la Procuraduría, llegaron tres testigos del homicidio para identificarla, pero los empleados del Hotel Moderno, Edgar Hilario Rodríguez y María Luisa Aparicio, no la reconocieron. El “botellero”, Francisco Vázquez, tampoco.

La comparación de sus huellas dactilares con las que se encontraron en la habitación del hotel Moderno no coincidieron. No había ninguna prueba en su contra.

Ayer por la mañana, la Procuraduría capitalina la dejó en libertad. Y ahora ella analiza si presentará una denuncia por lo que le hicieron.

Como parte del expediente CUH4/T2/1207/09-06 la Procuraduría citó a dos empleados del hotel Moderno y a un “botellero” para que trataran de identificar a Esperanza Ortiz Trejo. La mujer fue puesta en la cámara de Hessel, pero ninguno de los tres la reconoció, y quedó libre.

En el penal de Santa Martha Acatitla está presa Estela González Calva, La Tía, quien confesó que estuvo con los hermanos Pérez Jiménez, la noche en que murieron. Sin embargo, aseguró que ella no les puso gotas para los ojos en sus cervezas sino que fue una amiga a la que sólo conoce como Verónica, La Morena.

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