El Gobierno de la Ciudad de México informó que, hasta las 19:00 horas de ayer, 650 viviendas resultaron con daños mayores, 60 por ciento de ellas se encuentran en Iztapalapa y el resto en Tlalpan, Magdalena Contreras, Coyoacán, Iztacalco, Xochimilco y Tláhuac.

Ante las inclemencias climáticas que se desencadenaron entre el 15 y 16 de septiembre, Sheinbaum Pardo acudió a zonas de Benito Juárez e Iztapalapa, con el fin de acordar apoyos y realizar un censo global de familias afectadas.

La mandataria local acudió a la colonia Portales, en Benito Juárez, donde desde hace 48 horas se activó la alerta roja.

Sheinbaum detalló que apoyará a los vecinos mediante una actividad institucional para la recuperación de enceres, así como la aplicación de un seguro que permita reparar los autos dañados.

Tras un recorrido por el Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, una de las colonias con más daños por las lluvias, Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, señaló que entre lunes o martes de la próxima semana habrá ayudas económicas y el anuncio de una obra de drenaje por parte del Sistema de Aguas de la CDMX, que ayudará a evitar inundaciones, la cual aún está en fase de planeación. Todavía no concluye el censo de afectados.

“Tuvimos mil 380 viviendas afectadas en toda Iztapalapa, 30 colonias afectadas, 414 casas con inundaciones de más de 50 centímetros. La dimensión fue muy grande el 15 y el 16 (de septiembre), lo más difícil, que fue la limpieza, ya se hizo; sin embargo, la gente hoy está sin colchones y sin lo básico”, comentó.

La lluvia del pasado 16 de septiembre fue de alrededor de 100 milímetros, más del 10 por ciento de la precipitación de un año, que es de 800 milímetros, informó la Comisión Nacional del Agua.

La regla que mide la lluvia acumulada por parte de la Secretaría de Gestión de Riesgos fue nuevamente superada en al menos siete estaciones.

Cuando el máximo nivel anotado por el medidor es de 90 mm, los sectores Bosque de Tlalpan, Universidad, Zapata UNAM, colonia Del Valle, Estadio Azteca y La Joya UNAM registraron de 100 a 113 mm, en medio de un fenómeno de lluvias atípicas del que dio parte la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum el pasado 16 de septiembre.

La mandataria capitalina detalló que en los registros históricos con más de 20 años de datos del Sistema de Aguas, sólo en seis ocasiones se han registrado lluvias mayores a 100 milímetros, acumulados en un día; incluso el 15 de septiembre, la alcaldía Iztapalapa reportó 124.1 mm, una cantidad sólo vista en bosques.

“LLOVERÁ MENOS, PERO CON MÁS INTENSIDAD”

 Adolfo Magaldi, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera, adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que cada vez serán más frecuentes lluvias como las que cayeron en la Ciudad de México en los últimos días, además, dijo, lloverá menos veces, pero con mayor intensidad.

“Lo que estamos observando ahora es que este tipo de récords van a romperse, hoy fue en Iztapalapa, dentro de dos días puede ser en Benito Juárez y en dos días más puede ser en Magdalena Contreras, eso se espera, desgraciadamente”, señaló.

En entrevista para La Razón, el especialista detalló que para estos fenómenos, debe haber humedad en el aire, lo cual se ha cumplido en últimos días, principalmente arrastrados desde el Golfo de México por los huracanes hacia las zonas centrales del país.

El segundo elemento que generó las lluvias recientes es la inestabilidad atmosférica, lo que provoca que la humedad se desplace a la parte superior de la atmósfera. Entonces, por equilibrio termodinámico, lo que ocurre es que el agua cambia de fase líquida a precipitación.

Además, la Ciudad de México tiene una complicación: aún no se logra saber, con suficiente antelación, la hora exacta en que caerá la lluvia, la cantidad de ésta y las zonas específicas donde se registrará.

Y es que en la actualidad, los pronósticos del clima se distinguen en tramos de 12 kilómetros y, en la CDMX pasa que las condiciones meteorológicas pueden cambiar en apenas un kilómetro.

“En eso estamos, eso es lo que nos quita el sueño a los científicos, en la Ciudad de México los vientos y las montañas hacen que el proceso de convección sea muy complejo. Desde la década de los 70 conocemos la dinámica, lo que nos falta es bajarlo a la escala de kilómetros, saber en una escala de un kilómetro o menos dónde estará lloviendo”, concluyó.