54 votos vs 54 millones de votos

54 votos vs 54 millones de votos
Por:
  • jaume

Como lo adelanté en estas mismas páginas hace tres semanas, el Senado brasileño decidió abrir un proceso de juicio político contra la presidenta, Dilma Rousseff, por presuntamente violar la normatividad fiscal con el propósito de ocultar el déficit presupuestal real y así aparentar mayor equilibrio entre ingresos y gastos, presentando de esta forma una mejor situación hacendaria durante la pasada elección presidencial en la cual fue reelecta.

En mi contribución anterior dije, y lo sigo creyendo, que este proceso no hubiese ocurrido si la economía de Brasil no significara un dolor de cabeza para sus habitantes. Creo que la frase de 1992 del entonces candidato a la presidencia norteamericana Bill Clinton tiene vigencia para todos los presidentes: “Es la economía, estúpido”.

Es dable pensar que al momento de emitir su voto los 55 senadores brasileños que votaron en favor del juicio político de la mandataria seguramente tomaron en cuenta el gran descontento de la población en contra del gobierno de Rousseff. Según datos de la encuestadora Datafolha (www.datafolha.folha.uol.com.br), 63 por ciento de los brasileños califica la gestión del gobierno de Rousseff como mala o muy mala (hay que decir que este porcentaje llegó a ser del 69 por ciento).

¿Durante cuánto tiempo estará Michel Temer en funciones de presidente interino? Ésa es una pregunta cuya respuesta todavía está por definirse, pueden ser sólo los 180 días que dura la suspensión que el Senado votó el jueves pasado, tal y como lo establecen los artículos 86 de la Constitución Brasileña y 24 a 38 de la Ley Nº 1,079; pero su gestión podría terminar hasta 2018 cuando de nuevo habrá elecciones presidenciales; o puede ser en algún momento entre estas dos fechas, si la Cámara de Diputados y el Senado le dieran cauce e impulso procesal a alguna de las solicitudes de denuncias de juicio político que el propio Temer tiene en su contra.

Mientras tanto el mundo sigue girando. Los Juegos Olímpicos que se celebraran dentro de 84 días en Brasil serán el primer gran reto internacional para Michel Temer. Los 206 países invitados esperarán que un cambio de esta naturaleza no efecto el trabajo y esfuerzo que delegaciones y atletas realizaron durante los últimos cuatro años. Lo mismo se puede decir de los empresarios brasileños; según datos de la Asociación Brasileña de la Industria Hotelera, los cuartos de hotel en Rio de Janeiro están reservados en un 98 por ciento.

Sin lugar a dudas el exprofesor universitario, exprocurador general, exsecretario de Seguridad Pública, exdiputado y presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) se enfrentará ante un escenario económico difícil, pero afortunadamente para Brasil el sector financiero lo prefiere a él en lugar de a Rousseff.

El mes pasado el Financial Times publicó: “mientras que la mayoría de los economistas coinciden en que la economía se beneficiará de la salida de Rousseff y sus políticas intervencionistas populistas que cuestan a Brasil la calificación de grado de inversión, también advierten que cualquier reforma será lenta y dolorosa.” En este mismo sentido, en octubre del año pasado, el PMDB publicó un documento de 19 páginas titulado “Un puente para el futuro”. En él se afirma que “Brasil se encuentra en una situación de grave riesgo” y “Este programa está destinado a preservar la economía brasileña y tener un desarrollo viable, devolviendo al Estado la capacidad de implementar políticas sociales para luchar con eficacia contra la pobreza y crear oportunidades para todos.” Dicho documento también afirma que  la deuda pública es cercana al 70 por ciento del PIB.

Desafortunadamente el problema más grave para la economía de Brasil no es encontrar un plan hacendario que le permita retomar las finanzas sanas. Eso es un simple asunto técnico. El verdadero problema será conseguir los consensos necesarios entre la clase política para poder aprobar las reformas y los cambios necesarios, entre otras razones porque no hay un líder político que aglutine las preferencias de las mayorías. De acuerdo a las encuestas de preferencias electorales, el expresidente Lula, la exsenadora Marina Silva y el excandidato Aécio Neves, tiene cada uno aproximadamente un 17 por ciento de las preferencias de voto. Michel Temer sólo tiene un 2 por ciento.

Un dato: para que el Senado dicte una sentencia condenatoria en contra de Rousseff se necesitan dos terceras partes de sus integrantes. Eso es igual a 54 votos. 55 senadores ya votaron a favor de iniciarle juicio político. Dilma Rousseff dice que “ha sido elegida por más de 54 millones de brasileños”.

*Director de la Facultad de Derecho

y de la Escuela de Relaciones Internacionales

Universidad Anáhuac México Sur.

Twitter: @luis_e_pereda