Ayer vs hoy

“Algunos edificios son mudos,

otros hablan pero otros cantan”

Paul Valery

El edificio sede de la Secretaría de Salud es uno de los más bellos edificios del México posrevolucionario y monumento artístico por declaratoria presidencial. A pesar de esto, después de casi 90 años de existencia, ahora se encuentra opacado por la desafortunada Estela de Luz y por las más altas estructuras arquitectónicas de la ciudad.

La estela se construyó ahí no obstante que el emplazamiento de la arquitectura forma parte de ésta. La plaza frente al monumento y que lo hacía partícipe del Paseo de la Reforma, no era un predio baldío, sino complemento del monumento, un espacio abierto que le daba vista y jerarquía al antiguo Departamento de Salubridad.

No es muy difícil entender la fuerza y los intereses del mercado inmobiliario; sin embargo, me opongo categóricamente a que la arquitectura significativa, patrimonio de los mexicanos, sea amenazada por constructores inconscientes con mucho dinero, pero poco talento. Es perfectamente factible construir edificios contemporáneos que convivan armoniosamente con monumentos históricos o artísticos; sería absurdo lo contrario, ya que la ciudad y la sociedad en general tienen necesidades apremiantes que atender. Lo importante es que esta incorporación de inmuebles nuevos no sea de manera arbitraria, sino que el promotor inmobiliario tenga la disposición de conciliar su propuesta formal con las características tipológicas que le dan valor al monumento y al contexto existente; inclusive debe entender que hay algo más allá de la rentabilidad económica, que es la rentabilidad cultural.Cuando hablo de que una propuesta arquitectónica se debe conciliar con las particularidades del contexto histórico, me refiero a que mediante el diálogo se deben de hacer compatibles los diversos criterios al respecto, lo que necesariamente implica que las posturas encontradas deben de ser capaces de ceder para llegar a un acuerdo. En este sentido, no puedo dejar de mencionar la polémica que se ha generado por la construcción de un “CETRAM” en Chapultepec. Hay que destacar la intensidad de las negociaciones en las cuales las autoridades le han exigido al Arq. Javier Sánchez y a su equipo las modificaciones que considera que se deben hacer al proyecto. Por otro lado, el prestigiado despacho ha dado respuesta a las solicitudes oficiales, realizando cambios a su proyecto arquitectónico. Sin embargo, aún hay diferencias de criterio, por lo que en lo que falta, el diálogo deberá de acercar posiciones hasta que se llegue a una solución de calidad que resuelva la problemática vial y peatonal que ha hecho de esta zona un espacio intolerable.

Cualquiera que sea la solución a la que se arribe, es muy importante recordar que el antiguo edificio del Departamento de Salubridad es patrimonio artístico invaluable, que pertenece a todos los mexicanos, y que es testimonio histórico tanto de la arquitectura de la posrevolución como de los orígenes de la institución dedicada a la salud pública.