Balance Pre-electoral

Balance Pre-electoral
Por:
  • larazon

Las elecciones del 2012 están a la vuelta de la esquina y, por ende, es momento de cobrar las facturas de las promesas de campaña y los números de Obama salen, a primera vista, tan rojos como bandera de partido comunista.

Pero si miramos con atención veremos que la cosa no es tan negra como quisieran los miembros del Tea Party, aunque el balance de la administración Obama no resulta positivo del todo. Aquí los números.

Primero, la apuesta de la administración Obama fue la reforma de salud que pese a un buen despegue hoy se sostiene con alfileres. Poco queda del proyecto original.

Segundo, la promesa de cerrar Guantánamo se ve como el horizonte: inalcanzable. La idea de ser congruente con los derechos humanos es tan seductora como el canto de las sirenas pero, fácticamente, es un riesgo obvio para la seguridad nacional. ¿Qué hacer con los presos de Guantánamo? ¿liberarlos? ¿matarlos? ¿trasladarlos a otras prisiones? No encuentro respuesta suficiente.

Tercero, la reforma migratoria, es decir el mexican dream, no tiene forma de materializarse. A un año de la ley Arizona, el asunto sólo ha ido para peor. Pero no todo es culpa de Obama; resulta difícil impulsar una reforma que beneficiaría a miles de ciudadanos que viven la guerra contra el narco.

No habrá reforma migratoria sino hasta que en México el Estado recupere el monopolio de la violencia y eso no ocurrirá en este sexenio.

La realidad es que las fuerzas de Obama se orientaron en sacar a flote a una nación que presenciaba la crisis económica más grave de la historia.

Los aciertos que podemos encontrar en el primer mandato de Obama —ojalá que no sea el único— se insertan en la esfera económica: sacó a flote a la nación norteamericana a pesar de que los números estaban en su contra: el capital especulativo era 25 veces más que el utilizado en la producción. Los derivados, el mercado de futuros y la burbuja inmobiliaria crearon un cocktail que habríamos de temer. Todavía hoy, Portugal se debate entre la quiebra y la vergüenza.

Así, el objetivo de la Casa Blanca era mantener a raya la tasa de desempleo. Y, a trancas y a barrancas, lo logró. La reforma financiera aunada a las prerrogativas post-enron de la SEC han hecho que la esfera financiera norteamericana se encuentre, al menos, contenida.

¿Qué le faltó a Obama? Lobby. Negociar más con los poderes fácticos para impulsar reformas menos difíciles.

A pesar de los vaivenes no encuentro en el Tea Party ni en Sarah Palin una opción política que se acerque a los talones de Obama.

politicaltriage.razon@gmail.com