Disco Rayado

Disco Rayado
Por:
  • larazon

Enrique Acevedo

En 2010, durante su primer informe sobre el estado de la nación, el presidente Barack Obama advirtió al Congreso sobre la urgencia de arreglar un sistema migratorio que calificó de inservible. Se trataba de una promesa de campaña y una deuda política con la comunidad latina que resultó ser el voto decisivo en su camino hacia la Casa Blanca.

Un año más tarde, en enero del 2011, un Obama ojeroso y con algunas canas de más regresó a la Cámara de Representantes para rendir cuentas al país por segunda ocasión. Al referirse a la problemática de la migración ilegal, el mandatario estadounidense repitió la misma frase.

El miércoles pasado Barack Obama presentó por tercera vez el balance de su gestión al frente del país. A nueve meses de la elección, el presidente en campaña mostró un tono distinto al de otros mensajes. Se mantuvo a la ofensiva y reclamó a los legisladores de la oposición republicana responsabilidad para sacar adelante la agenda legislativa pendiente. Por tercer año consecutivo se refirió al tema migratorio y volvió a utilizar la trillada frase: hay que arreglar un sistema que no funciona.

A estas alturas podemos decir con cierta seguridad que duran

te el primer término de su mandato Obama no conseguirá ni reforma migratoria, ni dream act, ni nada que se le parezca. El único “logro” de su administración ha sido la deportación del mayor número de indocumentados en la historia, casi 400 mil por año. Lo que equivale a cientos de familias separadas y miles de niños huérfanos viviendo bajo el cuidado del Estado.

¿Habrá segunda oportunidad para Obama? Todo indica que sí. A pesar de tener la segunda tasa de aprobación más baja de la historia para un presidente en busca de la reelección, 44 puntos, sólo detrás de los 37 de Jimmy Carter en 1979, Obama puede presumir de una economía que comienza a dar señales de recuperación y de 3 millones de empleos ganados de los 8 millones que se perdieron durante la recesión del 2007-2009. A eso hay que sumar los logros en política exterior y la reestructura de la seguridad social en Estados Unidos.

Más allá de los méritos propios, la nominación del candidato republicano se encuentra tan atorada que los aspirantes han empezado a darse con todo, olvidando un poco al oponente común. Ni Romney, ni Gingrich registran bien en las encuestas que los enfrentan a Obama.

Por eso el discurso del miércoles ante el Congreso registró un tono distinto, más parecido al del Obama que conocimos en 2008. Es la confirmación de lo que la Casa Blanca ha mostrado en los últimos dos meses. Fue un mensaje político más que cualquier otra cosa. Una muestra de lo que podemos esperar de aquí hasta el primer martes de noviembre.

Esperemos que, de alcanzar la reelección, Obama no vuelva en 2013 a recitar como disco rayado la misma frase sobre el sistema migratorio. Que obtenga suficiente capital político, respaldo legislativo y talento para lograr, si no una reforma, un acuerdo más eficiente. Tal vez la presencia de Cecilia Muñoz, de padres bolivianos, al frente del diseño de la política interna ayude a la causa. Lo veremos…

 La Caminera. Mientras la atención hacia las campañas en México se concentra en los sindicatos y sus líderes, otra expresión de poder opera para llevar agua a su molino. Resulta preocupante, cuando menos, la especulación que se está dando en relación con el precio de la tortilla y el manejo que pudieran tener esos recursos.

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Twitter:@enrique_acevedo