El gran triunfo de Mancera

El gran triunfo de Mancera
Por:
  • larazon

Rubén Cortés

En diciembre, al cumplir apenas un año en la Jefatura de Gobierno, Miguel Mancera podrá haber conseguido lo que ninguno de sus antecesores: la Reforma Política para dar al DF un régimen jurídico armónico con la República y habitantes con derechos plenos.

La discusión figura en el actual periodo legislativo y el PRD la puso como moneda de cambio: aprueba en la Cámara de Diputados la iniciativa hacendaria del Presidente y el PRI aprueba en el Senado la reforma de Mancera.

¿Qué pretende Mancera con la reforma?

—Definir el nombre oficial de la Ciudad de México como capital de la República.

—Dotar de una Constitución propia al Distrito Federal.

—Revisar las facultades del Jefe de Gobierno y de la Asamblea Legislativa del DF.

—Impulsar en las jefaturas delegacionales la elección de gobiernos colegiados con representación plural, semejante a los ayuntamientos, acorde a la presencia de las fuerzas políticas en cada demarcación.

—Definir un esquema del Distrito Federal que considere su carácter de capital de la República.

Lograrlo, va con el temperamento de Mancera como político moderno, liberal, progresista: si el DF cuenta con una legislación de avanzada en el campo de las libertades, equidad de género, respeto a las minorías y derechos humanos, es lógico que necesite una Constitución propia.

Su idea es clara: la de México es una ciudad de libertades que no puede ser verdaderamente una ciudad de libertades, mientras viva en su actual régimen de excepción política, del cual saldrá sólo cuando sea un estado más de la Federación.

Sí, es una ciudad con una proyección moderna de las leyes: sus habitantes son donadores de órganos al morir, salvo que en vida dejen expresa su negativa o un familiar lo rechace; y son legales el aborto hasta la semana 12 de gestación y los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Pero la relación que existe entre el Estado y los capitalinos es diferente a la relación que tienen los demás ciudadanos del país con el Estado.

Esto se debe, en parte, a que el GDF carece de facultades plenas en la deuda pública, nombramiento y remoción del secretario de la SSP y del Procurador de Justicia, y derechos políticos como el ser parte del Constituyente Permanente.

Mancera lo conseguirá, aún siendo su reforma el compromiso 91 del Pacto por México, porque la cabildea desde que era Jefe de Gobierno Electo y es nuestro político más incluyente, el único Jefe del GDF que ha mantenido relaciones institucionales con el Presidente de la República.

El gobernante que deben tener los mexicanos que más modernidad gozan, gracias al régimen de leyes de derechos y libertades del DF.

Y él les conseguirá la Reforma Política.

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Twitter: @ruben_cortes