El mérito de ser emprendedor

El mérito de ser emprendedor
Por:
  • larazon

Emprender hoy en día tiene cierto merito. El emprendedor actual es una mezcla de un iluso, un Don Quijote surrealista y un loco moderno, que siente que va en contra de la corriente general de la sociedad que le rodea y que muchas veces consigue confundirle para desistir en su épica batalla.

El mundo necesita más emprendedores, más iniciativa, más innovación y posiblemente menos funcionarios de espíritu. En estos duros momentos económicos, la crisis se está llevando por delante a los primeros: a los arriesgados e innovadores. Son tiempos duros en todos los países, pero es necesario tener gente capaz de asumir riesgos y lanzarse al vacío, una opción de alto complicada, que contrasta salvajemente con otras opciones muy controladas y seguras a nivel laboral. Es algo así como saltar con red o lanzarse al vacío como estamos viendo en el caso de muchos autónomos.

Un emprendedor no es más ni menos que un funcionario o un asalariado. En una sociedad como la nuestra, todas las sensibilidades son necesarias y es comprensible que haya un alto número de personas que quieran asegurarse un trabajo para toda la vida, pero la economía global también necesita personas arriesgadas.

¡Dignifiquemos el término emprendedor! Son muy necesarios. En primer lugar, porque todos, con mayor o menor éxito aportan iniciativa dentro de un “momentum” mayoritariamente mediocre e inmovilista. En segundo lugar, porque el emprendedor es el embrión del empresario que crea riqueza y valor.

¿Hay pocos emprendedores? Muy pocos. Sí, es cierto, pero no es menos cierto que muchos de ellos son sensacionales. Esa tradicional criba inicial, que impide emprender y no potencia el espíritu luchador del individuo que quiere escribir su propio futuro, es lo que hace que los pocos que se deciden a emprender y lo intentan con todas sus fuerzas, lo hagan a conciencia.

Las instituciones, el sistema financiero y el capital riesgo, en muy contadas ocasiones apoyan las iniciativas de nuevos emprendedores, y cuando las apoyan, lo hacen en ocasiones de una forma tan agresiva con el mentor del proyecto, que acaban estrangulándolo.

 A todos los que nos gusta emprender nos llega también un momento en el que nos vemos reflejados con unos años menos, pero esta vez en la piel de otro nuevo emprendedor, inquieto y lleno de ideas. Apostar y apoyar por una nueva generación de emprendedores y actuar como “Business Angel” es para algunos de nosotros tan vocacional como crear un nuevo proyecto en primera persona. Es una ilusión tan especial como la que todos hemos vivido al generar nuestro primer proyecto y crear aquella primera empresa.

Pero muchas veces es tan difícil emprender como ayudar a un tercero a que emprenda. Es, por eso, que se echa en falta un apoyo específico al sector de los soñadores, a los constructores de ilusiones y, más aun, a los mentores de éstos, que son incluso más difíciles de encontrar que los primeros. Los gobiernos de los diferentes países deben sacar adelante leyes que se conviertan en un estimulo más para los emprendedores y sus mentores; la historia nos ha demostrado muchas veces que son los auténticos innovadores los que finalmente pueden hacer crecer un país.

Alejandrosuarez.es