¡Estudia!

¡Estudia!
Por:
  • larazon

Guillermo Hurtado

Conozco personas, no muchas, que encuentran en el estudio un fin en sí mismo. Pero no conozco a nadie que tenga la voluntad de estudiar que no considere que el estudio es, además, un medio para cosas importantes y valiosas.

“¡Ponte a estudiar!” es una cantinela que los padres responsables repiten a sus hijos. Lo que preocupa a los progenitores es que sus vástagos no aprovechen los estudio para llegar más alto en sus vidas.

Los padres siempre pensamos en las metas que pueden alcanzar nuestros hijos. Algunas de ellas son económicas. Un joven que estudia tiene más probabilidades de alcanzar una mejor posición que otro que no estudia. O por lo menos, eso es lo que tendría que suceder en situaciones normales. Es un pésimo indicador que la diferencia salarial entre los que estudiaron y los que no lo hicieron no exista o sea muy pequeña.

Pero estudiar no sólo sirve para ganar más dinero. También es un camino de crecimiento personal. Estudiar nos hace más libres, más conscientes, más sabios. Por eso, aunque el estudio no nos haga menos pobres, es una actividad que jamás debe menospreciarse. Los padres no deberían prohibir a los hijos que estudien algo que les interesa pero que no les brinda un beneficio económico inmediato.

Cualquiera que quiera aprender algo debe tener las oportunidades para ello. No podemos aceptar que haya un niño, un joven o incluso un adulto, que no pueda aprender lo que desea. Los libros son el pan del espíritu y no podemos permitir que haya personas que no tengan acceso a ellos.

Disculpe usted, estimado lector, que me ponga tan cursi cuando hablo del estudio. El tema me toca fibras sensibles

Mi abuela recitaba a mi madre un poema del escritor venezolano Elías Calixto Pompa que trata, precisamente, de esa emocionada invitación al estudio que hacemos a nuestros hijos. Mi abuela también nos recitó a mí y a mi hermana ese poema cuando éramos pequeños y, a pesar de la sencillez de sus versos y de sus ideas, a pesar de su didactismo tan elemental, aunque quizá también por eso mismo, se nos quedó grabado a todos en la familia. Permítame compartirlo con usted, como un pequeño recordatorio de esa maravillosa gesta individual que es el estudio.

ESTUDIA

Es puerta de la luz un libro abierto,

entra por ella niño y de seguro

que para ti serán en lo futuro

dios más visible, su poder más cierto.

El ignorante vive en el desierto,

donde es el agua poca, el aire impuro.

Un grano le detiene el pie inseguro,

camina tropezando; ¡vive muerto!

En ese de tu edad abril florido

recibe el corazón las impresiones

como la cera al toque de las manos.

Estudia y no serás cuando crecido

ni el juguete vulgar de las pasiones,

ni el esclavo servil de los tiranos.

guillermo.hurtado@3.80.3.65