Keep calm and carry on, en tiempos del EI

Keep calm and carry on, en tiempos del EI
Por:
  • larazon

Juan Pablo de Leo Spínola

Si bien hoy es una de las frases e imágenes más conocidas en el mundo de las redes sociales, en su momento la campaña fue considerada una mala idea por lo que se olvidó durante décadas. Keep calm and carry on, traducido como Guarde la calma y continúe con sus tareas, fue parte de un plan de motivación del gobierno británico en 1939 previo a la Segunda Guerra Mundial. El cartel estaba destinado a elevar la moral del público británico, amenazado con ataques aéreos masivos; a pesar de que se imprimieron dos millones de copias, el cartel nunca se mostró al público.

Hoy que está en juego el puesto de gobierno más poderoso del mundo y se compara a uno de los candidatos con lo más nefasto del totalitarismo, cabe recordar a Winston Churchill y el manejo de la población civil durante los tiempos más crudos del conflicto bélico.

Como era de esperarse, las republicanos arremetieron contra el presidente Barack Obama y su anuncio del domingo por la noche en el que reafirmó al pueblo norteamericano que su gobierno se encuentra haciendo todo lo posible para derrotar al Estado Islámico. Obama pidió cabeza fría en la lucha contra el terrorismo, resistiendo la presión para una intervención militar en tierra, en un intento directo para tranquilizar a un público recién sacudido por el tiroteo mortal de San Bernardino, California.

En el más puro estilo de “Guarde la calma… “ la Casa Blanca plantea su visión a largo plazo de una doctrina que desde el principio se enfocó en desmilitarizar la estrategia (sin debilitar el aparato militar - tecnológico) de política exterior durante los ocho años de George W. Bush, en los que se agotó la reputación moral de Estados Unidos ante el mundo. Del 9-11 a la fecha, la actual administración siempre expresó su preocupación por los ataques de personas conocidas como lobos solitarios.

La experiencia de San Bernardino, más allá de las últimas pruebas que confirman que los responsables se politizaron desde hace dos años, es literalmente la peor pesadilla de Obama hecha realidad, mientras se tienen las leyes más laxas en materia de armas.

Es en este escenario que ahora Donald Trump pide prohibir la entrada a cualquier persona de religión musulmana, en un discurso que la prensa norteamericana ya equipara al de Adolfo Hitler. La preocupación ha llegado a la cúpula del Partido Republicano en donde se sugiere, por primera vez, un futuro lejos de Trump, a pesar del éxito taquillero en donde cadenas televisivas se la pasan hablando de él casi las 24 horas.

Si resulta que los terroristas de San Bernardino eran de hecho lobos solitarios, sin conexión directa con el EI, la inquietud republicana debería estar en las consecuencias a mediano y largo plazo de la plataforma discursiva sobre la que se ha montado Trump la cual pone en riesgo su mayoría en la Cámara y su elegibilidad para la presidencia en 2016.

juanpadeleo@me.com

Twitter: @juanpadeleos