La esperanza sabe a bolillo con mantequilla...

La esperanza sabe a bolillo con mantequilla...
Por:
  • larazon

Alicia Alarcón

Me sirvo mi omelette de claras con espinacas y champiñones. Encima le pongo un poco de caldillo de jitomate picoso. A un lado, en la misma charola, tengo un agua de fresa servida en un vaso enorme, la fruta no me gusta, así que trato de tomármela en agua. Me siento en la mesa del antecomedor a leer el periódico. Uno de los cintillos me llama la atención inmediatamente: “Nace niña de seis kilos en Alemania”.

Leo con atención. Niña sentenciada a la obesidad desde que nace. Con alimentación llena de porquerías hormonales y sintéticas.

A dos páginas, hay varias noticias acerca de la obesidad en México. Que si es culpa de la comida chatarra. Que si es culpa del gobierno por no motivar a las personas a hacer más ejercicio (si no pueden meter orden en otras cosas). Que el Sindicato de Maestros está en contra de 30 minutos diarios de actividad física (y en contra de muchas otras, como enseñar bien).

La verdad es que, hace 30 años todos comíamos chatarra. Y tortas. Boings y Frutsis. Nada más rico en la vida que una bolsa de Cazares con miguelitos de agua y de sal. La población que es obesa en México empieza a disminuir su edad en estadísticas. Ahora los niños son obesos. Somos un país gordo y al mismo tiempo hambriento. Aparte de lo demás claro. Menuda suerte la nuestra. Valiente sistema de salud.

“El Gobierno está preocupado acerca de los índices de población obesa en nuestro país. La diabetes es la tercera causa de muerte entre los mexicanos. Se realizará una cruzada para sacar la comida chatarra de las escuelas y fomentar hábitos de alimentación sana y deporte entre los niños, jornadas de prevención en las clínicas de salud y atención especializada a las personas que padezcan hipertensión, diabetes, obesidad y sobrepeso importante”, eso lo han dicho durante dos sexenios. Pero mis dudas son las siguientes:

1.- ¿Sabía el Gobierno (igual se lo imagina) que la mayoría de las proteínas (carne, pollo, huevos, leche, quesos) están llenas de hormonas? Para acelerar su utilidad neta, los productores y ganaderos les meten hormonas a los animales. Esto ocasiona muchos problemas, como la dentición adelantada en bebés. Niñas de 8 años con menstruación y celulitis. Niños con menos rendimiento deportivo por presión arterial elevada. Enfermedades como Tiroiditis (hiper, hipo) en boga, etcétera. Igual no tiene nada que ver, ¿no?

2.- ¿Sabía el Gobierno (o se lo imagina) que la ración de una bolsita de Sabritas es de 35 gramos, de los cuales el índice calórico es de 300 calorías por bolsa? Pero si le sumamos entonces la sopita de fideo, la milanesa caserita de mamá, los frijolitos y sus 3 tortillitas con su agua de frutas es de casi 990 calorías. Quiero suponer que la bronca sigue siendo la comida chatarra y no todo lo demás que la acompaña.

3.- ¿Sabía el Gobierno que de lo que más carecen las escuelas públicas es de instalaciones decentes para los niños? Empezando por las bancas, sillas, techo, pizarrones. Ya entonces ni pensemos en donde los niños podrían aprender algún tipo de deporte. A menos que mudemos el país a Suecia.

4.- ¿Sabía el Gobierno que la mayor parte de las comidas de las personas trabajadoras se hacen en la calle? En los puestos. Que con los tiempos de traslado, por ejemplo en el Distrito Federal (de 5 horas algunos) lo único que les queda a estas personas es comer lo que hay y para lo que alcanza. Una ensalada puede valer 80 pesos. Unas garnachas 20 pesos.

Hace mucho, trabajaba una señora conmigo que me ayudaba en la cocina. Josefina era inmensa. Pero cocinaba como los ángeles. A su vera, esta familia se puso redonda, redonda. Un día caí en cuenta (gracias a un comentario acerca de los cachetes grandes y hermosos de mis hijos) que cada semana me pedía dos botellas de aceite. Cuando le pregunté que para qué usaba el aceite me dijo: “Es que si no le echo mucho, no sabe rico señora y además alimenta, es bueno”. Intenté explicarle mil veces que no era bueno. Que además de engordar podía darle alguna enfermedad. Nunca entendió. Josefina se fue y nosotros enflacamos.

Tengo fe en que las personas opten por un estilo de vida más sano. Pero ante tanta noticia mala todos los días (narco, secuestros, corrupción, influenza, renaut) casi puedo decir que todos pensamos lo mismo: que las penas con pan… son buenas...

“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo,

hoy todavía, plantaría un árbol”

Martin Luther King

aliciaalarcon2009@gmail.com

Twitter: @aliciaalarcon