Los límites de las reformas

Los límites de las reformas
Por:
  • larazon

Salvador del Río

Hay que lavarse los ojos

con historia para poder

ver el futuro

Sentencia anónima

En la retórica política, es frecuente escuchar, en la demanda de votos, la promesa de construir “un nuevo país”, o bien hablar de un “proyecto de país”; como si la historia fuera a comenzar por obra y gracia de un mesiánico iluminado.

El país llamado México existe como tal desde su despertar a la independencia, sus instituciones se transforman, se perfeccionan, se adecuan a la realidad de la necesidad y el momento. La Constitución de 1917 puso al día –así lo dijeron los constituyentes de Querétaro— la de 1857 y ésta a su vez fue una continuación de la liberal de 1824, en la que se establecieron las bases de la nueva nación federal, democrática y representativa.

La cita del epígrafe está en las intervenciones del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, ante la Comisión Permanente de la Unión. Ahí, algunos legisladores de diferentes partidos y colores sostenían a voz en cuello la tesis de la desaparición total del sistema educativo, consecuencia de la reforma cuyo propósito es elevar la calidad de la enseñanza.

El secretario Chuayffet aclaró que no, que la reforma busca adecuar el sistema educativo sin ignorar ni hacer a un lado todo lo logrado en el pasado, teniendo como base imprescindible al profesor, la elevación de cuyo nivel profesional es justamente su propósito primordial. La rectoría del Estado sobre la educación es condición irrenunciable.

Conseguido el laicismo en todos los órdenes de la vida en la sociedad con las reformas juaristas, en la Revolución Mexicana fueron sentadas las bases para la educación popular con los ingredientes de la cultura nacional y universal introducidas por José Vasconcelos en los años veinte. Lázaro Cárdenas dio al maestro la responsabilidad de misionero y a la escuela el papel propagador del conocimiento en todos los rincones del país. Jaime Torres Bodet, el único mexicano director de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura, la UNESCO, dio a la enseñanza una nueva dimensión en el universo intelectual, sin desdeñar la trascendencia del mentor; “Más que el aula, el profesor es lo importante en la educación”, dijo.

A través del tiempo y los diferentes gobiernos se han puesto en práctica programas y planes en busca del perfeccionamiento de la educación integral, humanista; experiencias como las ediciones de cultura popular que quedan en la historia; la contribución de destacados intelectuales y pedagogos en los planes de estudio de los futuros profesores, el fortalecimiento de la normal rural, son esfuerzos cuyo valor no puede ser borrado de un plumazo.

Que en parte la educación ha sido afectada por el choque y los conflictos de intereses de grupos, la culpa es de las deformaciones de un sistema político por la corrupción y el clientelismo, de un aparato que así lo ha permitido y fomentado.

Que, como lo señaló el propio secretario Chuayffet, es preciso corregir contradicciones como la indefinición de las responsabilidades patronales entre la Federación y las entidades que la integran, toca al poder legislativo despejarlas por encima de intereses políticos o de cualquier índole.

La Reforma Educativa, como lo señaló el secretario Chuayffet, llevará años para su consumación y su cabal aplicación. Pero no es cediendo a presiones de sectores, ni a los reclamos de olvido de lo que con tantos esfuerzos la historia ha edificado, sino con apego a los verdaderos propósitos que persigue, en bien de las actuales y las venideras generaciones, como las metas van a ser alcanzadas.

Gazapos. En los debates en torno a la Reforma Educativa se escuchó a un alto funcionario explicar la suspensión temporal de la aplicación de la evaluación docente “porque no habían las condiciones para realizarla”. El verbo haber tiene diversas funciones: la de auxiliar de otro verbo y la impersonal e intransitivo: he, has, hemos, han, habían o habrán terminado un trabajo, como verbo auxiliar, siempre seguido del participio. Otra es Hay, habrá, había, referido a cosas, condiciones o personas, debe usarse sólo en tercera persona del singular. El explicante debió haber dicho: no había las condiciones

srio28@prodigy.net.mx