Ocho esquelas para Nicanor Parra

Ocho esquelas para Nicanor Parra
Por:
  • guillermoh-columnista

1.- ¿Qué tiene ese país espigado que produce poetas tan extraordinarios? Chile es la frontera geográfica del idioma español. Después de cruzar la cordillera uno se da un tope con el Océano Pacífico. Ahí acaba todo y esa sensación debe provocar una especial conciencia del idioma propio. Para los que llegamos de fuera, la primera sorpresa es fonética. Mientras que en el Caribe se comen las consonantes para hablar con la melodía de las vocales, en Chile se comen las vocales para mascullar las consonantes. Chile está tan lejos, que las vocales llegaron cansadas. Sin embargo, los chilenos se entienden entre ellos —o al menos eso parece— y cuando ponen sus versos sobre el papel nos regalan obras maravillosas.

 

La antipoesía de Parra se caracteriza —en ocasiones, no siempre— por un ingenio —uso el término en el sentido de Gracián— muy propio de América Latina. Está la fuente “popular” de su escritura que genera tanta simpatía en algunos de sus lectores

 

2.- Nicanor Parra le dio una sacudida a la poesía como pocas veces se ha visto. Se burló como nadie de su academismo, su pedantería, su cursilería. Eso le ganó un sitio en la historia de las letras no sólo españolas, sino universales. Sin embargo, cuando uno lo lee por segunda o tercera vez, el efecto de su deconstrucción pierde intensidad. Como sucede con otras obras de las vanguardias del siglo XX, la anti-poesía de Parra es una creación fechada. Sobrevivirá en las antologías —el equivalente a los museos—, pero quizá no será considerada como un clásico —para el alivio de Parra, que se mofaba de los clásicos—.

*3.- En uno de sus artefactos poéticos, Nicanor pudo adivinar el poderío de la alianza entre el PAN y el PRD: La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas.

[caption id="attachment_693542" align="aligncenter" width="696"] EL POETA chileno, durante el homenaje a Vicente Huidobro, en 2001.[/caption]

4.- A Parra se le conoce como un antipoeta, pero más que cualquier otra cosa, diría que fue un anti-Neruda. ¿Cómo ser poeta en Chile después de Neruda? Si Neruda ya había escrito los versos más tristes de aquella y de cualquier otra noche, si ya había versificado la geografía entera del continente de norte a sur y de sur a norte, si ya había escrito odas hasta a las cebollas, ¿qué dejaba a los demás? Para un poeta chileno la tabla de salvación era Huidobro. Así lo vio Parra:

“Una pregunta:

Qué sería de Chile sin Huidobro

Qué sería de la poesía chilena sin este duende

Fácil imaginárselo

Desde luego no habría libertad de expresión

Todos estaríamos escribiendo Sonetos

Odas elementales

O gemidos

Alabado sea el Santísimo.”

5.- Cuidado: no tomemos demasiado en serio que Parra fue un anti-Neruda porque eso sería reducirlo a una especie de epígono de Neruda. Darle el Nobel a Parra hubiera sido como si se lo dieran dos veces a Neruda.

6.- La poesía mexicana no tuvo un equivalente a Nicanor Parra, es decir, a un anti-Paz de altura —antipaces pequeños tuvo muchos—. Los poemínimos de Huerta tienen un aire de familia con algunos antipoemas de Parra, pero Efraín no fue un anti-Paz de ninguna manera. Es curioso que el más famoso de los detractores de Paz de nuestras letras —un poeta más bien mediocre— haya sido, precisamente, otro chileno: Bolaño.

7.- La antipoesía de Parra se caracteriza —en ocasiones, no siempre— por un ingenio —uso el término en el sentido de Gracián— muy propio de América Latina. Está la fuente “popular” de su escritura que genera tanta simpatía en algunos de sus lectores —quizá no los mejores—. Y es que Parra siempre es un humorista, incluso cuando está en sus momentos más sombríos. O mejor dicho, siempre es un pícaro. Por eso, un lector mexicano esperaría que entrara en el terreno del albur. Pero para desgracia de Parra —y de las letras españolas— él no utilizó ese recurso. Seguramente hubiera sido un maestro.

 

A Parra se le conoce como un anti-poeta, pero más que cualquier otra cosa, diría que fue un anti-Neruda. ¿Cómo ser poeta en Chile después de Neruda? Si Neruda ya había escrito los versos más tristes de aquella y de cualquier otra noche.

 

8.- Me quedo con algunos poemas de Parra que no son antipoemas, sino poemas hechos y derechos que se atreven a decirnos cosas hermosas y profundas sobre la vida humana. Leamos a ese gran poeta —que ojalá nunca se olvide— en su despedida:

“Perdóname lector

Amistoso lector

Que no me pueda despedir de ti

Con un abrazo fiel:

Me despido de ti

Con una triste sonrisa forzada

Puede que yo no sea más que eso

Pero oye mi última palabra:

Me retracto de todo lo dicho

Con la mayor amargura del mundo

Me retracto de todo lo que he dicho”

 

*LA MÁXIMA escrita por Nicanor.