Para el nuevo aeropuerto no hay dinero; para el tren Maya, sí

La decisión de presidente electo Andrés Manuel López Obrador de no aportar recursos para el aeropuerto forma parte de la congruencia de quien gobernará el país, a partir del 1 de diciembre. Durante su campaña lo sostuvo una y mil veces. En cambio, para un tren que ha sido cuestionado recibirá todo el apoyo económico.

El gabinete de Morena tiene muchas cosas en que pensar, pues los maestros se lanzan sillazos en los Foros de Consulta sobre Educación, las víctimas de la violencia rechazan los planes de amnistía del Gobierno entrante y revientan los Foros por la Pacificación.

Y los macheteros de Atenco blanden sus armas y advierten a la siguiente administración que no van a aceptar el aeropuerto en los terrenos federales de Texcoco. Estos hablan en foros adecuados para rechazar las obras en Texcoco.

Todos estos conflictos son dirigidos por el propio equipo presidencial y tienen que ver con esa frontera tan difícil de cruzar entre lo que se promete en una eterna campaña y lo que realmente se puede hacer al momento de asumir el poder.

Pero los temas de seguridad y educación serán, sin duda, los que primero tendrá que atender López Obrador cuando asuma el poder el 1 de diciembre. Pero a los machetes de Atenco tendrá que enfrentarse en unos cuantos días.

Es deporte nacional tomar un tema de discusión específico, torcerlo y hacer de eso una bandera. Justo eso están haciendo los grupos violentos con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Como en nada les afecta la construcción, su nueva lucha es supuestamente por la ecología. Y como el Gobierno entrante abrió la puerta a una discusión que es técnica y ya estaba superada, ahora tiene que lidiar con estos grupos de presión que han encontrado el pretexto perfecto para conseguir algo del Gobierno entrante.

Tiene el Presidente electo unos cuantos días para armar la famosa consulta, encuesta, o lo que sea que tenga en mente, para justificar la decisión que haya tomado respecto al futuro del nuevo aeropuerto.

Pero hoy está claro que, hasta los expertos de la UNAM, en lo que algunos de los apoyadores del proyecto de Santa Lucía de Riobóo se recargaban, claramente marcan la opción de Texcoco como la única viable para un proyecto como ese.

Cancelar la construcción del NAIM sería un error financiero de alto costo para todo el sexenio de López Obrador, pero darle cabida al sentido común y señalar lo inviable que es la alternativa de Santa Lucía daría pretextos a los grupos violentos para complicarle las cosas al presidente entrante. Será muy buena idea que el sector privado se encargue de construir el NAIM, pero que lo decidan ya.

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El sábado 6 de octubre, la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, se reunió con los 16 alcaldes, 11 de Morena en el DF para definir el marco jurídico que normará los permisos para construcción en la próxima administración. En esta reunión salió el tema de los permisos para construir, en donde se dan escandalosos casos de corrupción.

Los desarrolladores y los funcionarios de buen nivel se peleaban por recibir la terminación de obra y otros para conseguir nuevos permisos para hacer grandes edificios, en donde muchos de ellos se saltan las normas vigentes aportando grandes sumas de dinero.

Ante ello, se determinó cerrar la ventanilla de permisos por un mes a la espera de que haya un plan que unifique los criterios para todas las alcaldías y que éstas puedan presentar sus programas de desarrollo urbano.

En adelante los desarrollos de más de 10 mil metros tendrán que recibir el apoyo de la población o no habrá permisos. Claro que obras de 100 metros o algunas que son para remodelar habitaciones no recibirán el mismo tratamiento. Las construcciones que ya están en curso no sufrirán cambios, pero no habrá licencias incluso hasta enero próximo.

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El alcalde de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, se llevó la gran sorpresa al enterarse que alguien desapareció 65 millones de pesos destinados a obras de reconstrucción por el sismo del año pasado, cuando acudió a la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino.

Ahí le fue informado a Romo que su alcaldía disponía de 200 millones de pesos para reconstrucción por los sismos, pese a que esa demarcación no sufrió daño alguno.

La sorpresa es que de esos 200 millones de pesos ya se habían retirado 65 millones. ¿Quién o quiénes se embolsaron esos recursos?, seguramente un asambleísta muy poderoso, por eso, algunos comienzan a mirar hacia Donceles, donde una triada etiquetó el dinero para la reconstrucción. Eso desde luego que no se puede quedar así. Hay que investigar para saber quién robo ese dinero.

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Aún no acaba de debatirse el tema de despenalización de la mariguana y el Congreso ya enfrenta la presión para que se permita también el cultivo y uso de la amapola con fines medicinales.

Ricardo Monreal aseguró que son temas ineludibles y llamó a hacer a un lado tabús y mitos para revisar el tema desde el punto de vista académico y de salud. Claro que hay causas de gran fondo, que él mismo reconoció ante académicos participantes en el Primer Congreso Internacional de Derecho Penal 2018.

Destacó que la mayor dificultad para el nuevo gobierno es la inseguridad derivada de la incapacidad institucional y el control del crimen organizado en diversas entidades, que ya todos lo sabemos, porque lo sufrimos.

Hay intereses económicos en cuatro estados, se producen alrededor de 74 mil 700 hectáreas de amapola. En Guerrero se da la de mayor calidad en el mundo, es un gran negocio ahora en manos de grupos criminales, que, de despenalizarse para uso medicinal, se convertirá en fuente de divisas para que el nuevo Gobierno cumpla promesas de campaña y atienda compromisos, como la deuda que heredará por 10.8 billones de pesos.

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Una muy delicada situación se le sale de las manos y a la vez, se le viene encima ni más ni menos que al futuro secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, quien ya no halla ni cómo tapar que el tema de la organización de los Foros Presenciales Escucha para la Pacificación y la Reconciliación Nacional acabó por rebasarlo.