Pobres indios

Pobres indios
Por:
  • larazon

Enrique Acevedo

Hablemos de pobreza en México. De los rarámuris en la sierra Tarahumara de Chihuahua, los chamulas en los altos de Chiapas, los mixes en la sierra oaxaqueña, los coras nayaritas o los tepehuanos de Durango. Hablemos nuevamente de los mixtecos en la Montaña guerrerense, los nahuas de la Zongolica veracruzana y los popolacas en la Sierra Negra de Puebla.

Hay que redactar tweets que describan como la alimentación base de las familias indígenas se basa en el consumo de tortilla, chile, frijol y sal.

Compartir como, cuando no alcanza ni para eso, las mujeres preparan atole blanco de maíz que dan a los niños para que tengan algo pesado en la barriga.

Escribamos columnas y reportajes que narren como a sus 10 años, los niños pobres de México son expertos en labores del campo, en cuidar de los chivos, manejar el machete, cortar la leña, recolectar plantas, montar sus burros, acarrear agua, desyerbar, sembrar y desgranar el maíz.

Publicar las fotografías de los niños que aguantan las inclemencias del tiempo y los agroquímicos.

Hagamos un programa especial que aborde la problemática de la desnutrición infantil crónica y el analfabetismo. Mostremos las dramáticas imágenes de los pequeños flacos hasta el hueso. Tracemos un vínculo entre la realidad de las comunidades más pobres en el llamado México profundo a la de países del África subsahariana, porque ambos comparten índices de desarrollo humano similares.

Organicemos esfuerzos ciudadanos enfocados a erradicar la discriminación en contra de la mujer indígena. Compartamos datos como el de que estas comunidades ostentan el índice más elevado de mujeres muertas por parto en el país.

Diseñemos una página en Facebook para pensar en cómo llevar servicios básicos de drenaje, agua potable, energía eléctrica, teléfono y centros de salud con personal y equipamiento médico suficiente a las comunidades más aisladas del territorio nacional.

Cambiemos el común denominador de las casas de madera que apenas se sostienen, pintadas todas con propaganda política llena de promesas incumplidas; las caras y las manos curtidas por el trabajo en el campo, y los huaraches desgastados por los kilómetros recorridos. Hagamos que el bienestar deje de ser un término de oprobio ahí.

Pidamos cuenta a nuestras Fuerzas Armadas y autoridades para terminar con las violaciones graves a los derechos humanos por parte del Ejército. Castiguemos a los gobernantes y legisladores que roban al no ejercer de manera adecuada los de por sí, pocos recursos destinados para programas sociales.

Hablemos de pobreza en México, pero hagámoslo todos los días hasta resolver la situación de los 52 millones de mexicanos que viven en pobreza extrema. Hablemos de pobreza en México porque tenemos la responsabilidad de erradicarla. Hagámoslo siempre y no sólo cada vez que se acerca una elección.

 La Caminera. Corrupción y fraude en Coahuila, complicidad en Veracruz, incompetencia en Nuevo León y cuando menos, negligencia en Chihuahua. Todos son estados priistas, el mismo partido que ya se siente en Los Pinos. ¿Para hacer lo mismo?

enrique.acevedo@3.80.3.65

Twitter:@enrique_acevedo