Por un voto

Por un voto
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  • larazon

La traición de Rita Hayworth es la primera obra del escritor argentino Manuel Puig, escrita en los ratos libres que le dejaba su trabajo como empleado de Air France. Es el relato de una iniciación amorosa donde imprimió la huella de su formación cinematográfica en Roma. La novela quedó finalista del Premio Biblioteca Breve (promovido por la editorial Seix Barral) en 1965, y Barral se interesó en su publicación, que no se llevó a cabo sino hasta 1968. Las cartas que siguen, firmadas con su apodo familiar, cuentan parte de esta historia.

Air France, New York,

sábado 8 de enero, 1966

Querida Familia:

¡Estoy en órbita! Recibí carta de Barral diciendo que me esperan para discutir los detalles de la publicación, posibles cortes, etc. Bueno, ahora recién les cuento lo del concurso. La cuestión se le ocurrió a Juan Goytisolo en el verano cuando [Néstor] Almendros le habló de la obra y él mismo la llevó a Barcelona a principios de noviembre. El premio lo dieron el 20 de diciembre y yo recibí unos días antes una circular en la que figuraba entre los veinte finalistas. Ahí empezó el suspenso más tremendo que se pueda imaginar, sobre todo al pasar el 20 y no recibir ninguna noticia. El 28, nada menos, me llegó esta otra circular, y me dio una amargura tremenda no haber ganado por un voto. Pero el modo en que sucedieron las cosas indica que la novela fue un impacto fenomenal. Les explico: los jueces son seis, en la primera votación tiene que presentar cada uno una lista de seis obras (empaté), en la segunda una lista de cuatro y empaté otra vez con el ganador, en la tercera votación una lista de tres obras y gané, en la cuarta votación una lista de dos y empaté y en la quinta votación una lista de uno y empaté. Ésa es la votación final, y según el reglamento en ese caso el premio se considera desierto. Pero el jurado decidió repetir la votación seguramente porque el otro autor ya había estado en la misma situación en el concurso del año ‘63 y es de la barra de ellos, y supercomunista como todos y la novela es 100% marxista, etc. [Se refiere a Juan Marsé, que recibió el premio por Últimas tardes con Teresa] […] Me dice Almendros que todo el ambiente literario de Barcelona está de lo más alborotado, y que todos los que leyeron la obra hablan maravillas. […] Almendros me contó que mi gran defensor fue Castellet, el crítico literario Nº 1 de España en la actualidad. Los dos que votaron por mí hasta el final fueron Castellet y el hermano de Goytisolo [Luis], que también es escritor. El título lo eligieron ellos, de uno de cinco títulos que yo les había dado, pero a mí no me gusta. [Puig quería llamarla El Desencuentro “título que me convence por sencillo y medio tanguero”.]

[…]

Besos

Coco_

Rumbo a Nueva York,

viernes 11 de febrero

Querida familia:

[…] Espero que el telegrama les haya comunicado toda mi alegría. Me han prometido un lanzamiento a todo vapor. Bueno, en esta carta me voy a limitar a contarles qué pasó en Barcelona, porque es lo más importante. […] Llegué solo martes a la noche a Barcelona y llamé por teléfono a algunas personas, ante todo Gonzalo Suárez, un novelista nouvelle vague al que vi a las 10 de la mañana del miércoles. Enseguida me avivó de todo lo que tenía que pedir para el contrato y ya con más coraje telefoneé a Barral (el editor). Fijamos cita para las 5. Bueno, a la 1 nos encontramos a almorzar con el crítico [Pere] Gimferrer, una especie de genio, niño prodigio de veinte años que es de los más populares de España. Hicimos grandes migas, con los dos, Suárez tiene sólo treinta y un años. Ninguno de los dos leyó mi novela pero están que arden por leerla porque en el ambiente literario de Barcelona se corrió la voz de que es sensacional. Bueno, después de comer me dio el ataque y busqué en la guía el número del crítico José María Castellet, que es el más prestigioso de la vieja ola, y uno de los miembros del jurado que me votó hasta el final. Lo llamé y nos encontramos a las 4, me habló muchísimo, y juntos fuimos a lo de Barral. Es una editorial inmensa, llena de empleados, Carlos Barral es muy joven, de unos treinta y ocho años, se las manda de protector, se habló de pequeñas modificaciones, discutimos el contrato y por suerte le saqué una cláusula extra: los derechos de autor en EU, Francia, Italia e Inglaterra íntegros para mí porque soy yo mismo quien se va a ocupar de los contratos […]. Ayer jueves a la mañana tenía cita con Barral a las 11. A las 11 firmé el contrato, cobré 500 dólares de anticipo sobre las futuras ventas y almorzamos en un restaurant de lujo con... Marsé, los tres: Barral, Marsé y yo. Marsé es hijo de obreros. Del restaurant me fui directo al aeropuerto. El momento más cómico fue la tarde anterior cuando entraron al despacho de Barral... los fotógrafos. Van a salir las fotos en las revistas literarias. Bueno, desde Nueva York les escribo de nuevo. Estuve mimado por la crema de la intelectualidad de Barcelona.

Besos

Coco_

Tomado de: Manuel Puig, Querida Familia:, Tomo 2, Cartas americanas. New York-Río (1963-1983), Compilación y notas Graciela Goldchluk,

Editorial Entropía, Buenos Aires, 2006.