Ver para creer

Una de dos, o el Mundial dejó un deseo inexplicable de más futbol o los planes vacacionales de muchas personas incluían una visita al estadio de su preferencia. Grata sorpresa resultó ver muchos de los estadios de esta jornada inaugural de Liga MX con muy buenas entradas: Tijuana, Torreón, Pachuca, Ciudad de México, Toluca… Además de la respuesta de la afición, me quedo con tres momentos en este regreso del futbol mexicano, aburrido, criticado y feo, pero, al parecer, amado incondicionalmente.

De entrada, y lo más destacado del fin de semana, el regreso de Cruz Azul al Estadio Azteca. Faltaba aproximadamente una hora para el inicio del encuentro y la extrema calma que se vivía a los alrededores del inmueble de Santa Úrsula confirmaba que se trataba de la fecha uno de la Liga MX, que el visitante no era un equipo de alta convocatoria y que, como suele suceder después de los Mundiales, el aficionado quiere quedarse con el alto nivel de juego en la memoria.

Ignoro si fue el acto del Ejercito Mexicano, que preparó una ceremonia y entonó el himno nacional, o el “espectáculo” del medio tiempo que presentó el grupo de pop Playa Limbo o los miles de aficionados que han crecido junto a la Noria en Xochimilco y que el Estadio Azul significaba una travesía complicada; la verdad no sé qué fue lo que motivó a unos 50 mil aficionados celestes a engalanar el Estadio Azteca y darle una cálida bienvenida a su equipo.

El partido quedó lejos de lo que se vivía en las tribunas; 80 minutos de dos equipos desencanchados y que difícilmente ligaron jugadas de buen futbol; pero apareció la pelota parada y, junto a ella, el atacante Andrés Rentería para romper los ceros en el minuto 81. Ya en compensación, un dudoso penal que ejecutó con éxito Caraglio y, para desatar el éxtasis azul, Elías Hernández que enmarcó el mejor gol de la jornada. Una goleada que le respondió a su afición en el Azteca y que ahora resultará interesante la comparación juego a juego con su otro inquilino, el América.

En segundo plano, no podemos obviar la jugada más polémica de la jornada y que ayudó a los espacios de análisis deportivo a llenar varios minutos con el debate de la “diablura” del Toluca con la que concretaron su segundo gol. Los de Toluca se avivaron y en pleno festejo fantasma de Monarcas, por un gol que se anuló, madrugaron a todos y mataron el partido. ¿Qué es lo más grave de esta jugada? El error arbitral que no se percató de que el balón estaba en movimiento o el desconocimiento del Toluca sobre el fair-play. Bendito arbitraje nunca nos abandonas.

Y para concluir esta sorprendente fecha uno, destacar el regreso de la famosa regla 20/11 y su eterna polémica. El Tuca ya advirtió que es capaz de regalar tres puntos porque no cree en esa metodología para ayudar al surgimiento de nuevos valores. Y mirando el futuro, sobre todo en el que será nuestro Mundial aquí, en tierras mexicanas, y en Estados Unidos, Ferretti tiene razón, no será suficiente para fortalecer los semilleros de los clubes; para eso, necesitamos años de inversión y trabajo.