El monumento a la madre resurge tras embate del 19-S

Tras varios estudios preeliminares y una inversión de cerca de dos millones de pesos, el conjunto arquitectónico, inaugurado por el presidente Miguel Alemán en 1945, resurge de los escombros con una estructura reforzada.

“El temblor provocó que una de las esculturas de Luis Ortiz Monasterio, la que representa precisamente a una madre cargando a un bebé, colapsara. El sentido en que se produjo el movimiento telúrico y el peso que tiene la pieza en la parte superior hicieron que la madre cayera sobre el bebé, haciéndose pedazos”, explicó a La Razón el arquitecto Gabriel Mérigo Basurto, quien encabeza los trabajos de restauración.

Durante los trabajos de rehabilitación los expertos detectaron que, sumado a los daños que provocó el sismo, la pieza tenía algunas fisuras y alteraciones derivadas del tiempo y la falta de mantenimiento, por lo que se tuvieron que  tomar medidas que aseguraran la permanencia del conjunto a futuro.

“Pasó mucho tiempo desde el momento en que la escultura fue colocada y desde entonces no ha tenido mantenimiento porque es costoso. La piedra en la que está labrada se llama púlpito del diablo, igual a la del Monumento a la Revolución, pero dicho material ya no es fácil de conseguir ése fue uno de los problemas durante la restauración, afortunadamente los canteros lograron un acuerdo con las personas de Amecameca que administran una de las minas de donde se extrae el material por lo que se puede garantizar que la pieza obtenga su estado original”, agregó.

La  rehabilitación de la obra central del monumento, que marca la jerarquía de todo el conjunto, requirió de tres etapas de trabajo.

En la primera, los expertos recuperaron los cascajos que se desprendieron de la pieza, en la segunda se procedió a a su clasificación, limpieza y restauración y en la tercera fueron colocadas una auna para rehacer la escultura, que se prevé sea reinstalada en julio próximo.

Además, su estructura fue reforzada con una vigueta de acero y  un cinturón de concreto reforzado, lo que permitirá que durante un temblor la pieza pueda mantenerse en pie.

“En la época en que fue colocado El monumento a la Madre no se tenía una percepción de que un temblor pudiera destruirlo. Conforme avanzamos en los trabajos nos dimos cuenta que la base, que sostiene más de 20 toneladas en total, no era lo suficientemente resistente, por lo que se colocó una vigueta de acero y un cinturón de concreto reforzado.

“Restauramos pilar por pilar cada uno pesa cerca de media tonelada. Las varillas que tenía estaban porosas, por lo que se colocaron nuevas. Aún quedan partes que estamos subsanando, por lo que creemos que la pieza quede instalada completamente en julio próximo”, agregó el doctor Mérigo Basurto.

La obra pionera de la arquitectura moderna mexicana, que ensalza la veneración por la figura maternal, vuelve de las ruinas más fuerte que nunca.

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