“España antisemita”: Benzion Netanyahu*

“España antisemita”: Benzion Netanyahu*
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  • miguel_angel_munoz

Barcelona, España,. El historiador de origen israelí Benzion Netanyahu (Varsovia, 1910- Jerusalén, Israel, 2012), publicó múltiples libros fundamentes en la historiografía contemporánea: uno de ellos Los orígenes de la Inquisición en el cual plantea el problema de los orígenes de la Inquisición de 1278 a 14.81, donde un cristianismo diversificado y tensionado juega un papel importante. Quizá hasta el límite de la ruptura. Un punto polémico que el mismo autor explica: "Toda idea nueva crea polémica. Es inevitable. Pero no se puede huir de la verdad. Salvando las distancias, Copérnico y Galileo suscitaron polémica pero vencieron porque defendieron la verdad. No me afectan ¡os críticos que no demuestran conocimiento de la documentación pertinente. Por la misma razón, sé cómo valorar opciones de eruditos como Cecil Roth y Marcel Bataillon, que expresaron su adhesión a mi obra, o elogios de historiadores como Ángel Alcalá, Francisco Márquez Villanueva y Henry Kamen, que escribió en la última edición de un libro sobre la Inquisición española que había cambiado de opinión tras conocer mi obra" . Netanyahu estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se doctoró y obtuvo el título de profesor en la universidad estadunidense de Phñadelphia Drospsey College, y su tesis de doctorado estaba relacionada con la historia de los judíos en España, naciones y relaciones que le han interesado apasionadamente desde hace más de 40 años. Dice Netanyahu: "Siempre me ha interesado España porque es un país complejo e interesante, con múltiples matices que lo enriquecen constantemente. Desde luego, tengo que reconocer que aquí en España hubo una importante convergencia de creación en diversas disciplinas: poesía, ciencia, teatro..."

Maestro, usted siempre ha tenido una gran pasión histórica por la España de ¡a Inquisición y su relación con ¡os judíos, ¿cuáles han sido sus grandes entusiasmos?

-Esa pasión de la que hablas comenzó con un libro sobre el conocido dirigente comunitario judío en la España medieval, Isaac Abravanel, que publiqué hace casi 45 años. En esta publicación logré expresar conceptos paralelos a los que desarrollo en Los orígenes de la Inquisición.

Abravanel no se refiere a los conversos castigados por la Inquisición como a mártires criptojudíos, sino como a renegados del judaismo, completamente cristianizados y enemigos de los judíos y de su fe. Todo este proceso histórico cultural me llevó a realizar una amplia investigación dentro y fuera de las fuentes hebreas, que de alguna manera me abrieron un mundo que no conocía.

La conversión de los judíos al cristianismo es un tema recurrente en gran parte de su bibliografía, y en especial en su reciente libro, ¿hay una fecha exacta del proceso de conversión?

-Hay primero en 1391 una serie de ataques contra los judíos en muchas ciudades españolas, hecho que lleva a más de 200 mil personas a cambiarse al cristianismo. En 1412 hubo una gran ola de conversiones porque se decretaron leyes que hacían imposible a los judíos seguir una vida normal, tranquila. Aunque esta última palabra es difícil entenderla en aquellos años. ¿Qué podían hacer’ Escapar o huir de España. Pero en aquel momento se promulga una ley que les impide salir del país. Sólo les queda una salida: la conversión. Aunque me gustaría recalcar que todo este proceso de conversión es obligado por las propias autoridades españolas.

¿Considera entonces que hay graves consecuencias históricas de este proceso de conversión judío cristiano?

-Desde luego. Al principio los conversos trataron de vivir secretamente como judíos, pero muy pronto se toparon con la dificultad de llevar una doble vida. Hecho que los obligó a despojarse de sus tradiciones. Por otra parte, la falta generalizada de esperanza sobre un futuro de recuperación histórica, aceleró el proceso y el deseo de liberar a los hijos de una crisis de identidad. Por ello se les educó como cristianos, y por consiguiente, la mayor parte de la segunda generación no encontraba sentido en el judaísmo. Dos generaciones más adelante, cuando se crea la Inquisición, quedaban en España muy pocos criptojudíos. La comunidad conversa estaba, en gran medida, cristianizada.

¿Cree que pudieron pedir el apoyo de otras comunidades para no perder su propia identidad histórica y cultural?

-Sí, de muy limitados sectores eclesiásticos, fundamentalmente de los frailes franciscanos y dominicos, que se encontraban imbuidos de ideas antisemitas y de las calumnias antijudías de la Edad Media. Aunque no pueden ser considerados como testigos claves o principales.

Me llama la atención su última respuesta porque múltiples investigadores afirman lo contrario sobre la participación de ¡os dominicos, ¿qué sugiere que dicen las fuentes más importantes?

-En primer lugar, yo he leído los documentos sin prejuicios, y he publicado su contenido tal como lo encontré. Por otra parte, hay mu-chos investigadores que se han basado exclusivamente en los documentos de la Inquisición. Hay que entender que la Inquisición detenía a conversos y los acusaba de judaizantes, alegando que había testigos pero sin decir quiénes eran. Y en muchos lo que afirmaban ellos era lo que la Inquisición quería oír: que los conversos encendían velas en sábado, que ayunaban el Día del Perdón, y demás ritos. Los conversos lo negaban lógicamente todo, pero bajo tortura o miedo, decían la verdad. Sin embargo, estas confesiones no tienen ningún valor para mí, como investigador; pues muchas veces son sólo una buena narración literaria.

¿Hay otros investigadores que han llegado a las mismas conclusiones que usted?, o, ¿Cree ser un solitario?

-Creo que no, porque la Inquisición y la propaganda antijudía en España fueron continúas. En múltiples momentos se quiso demostrar que la Inquisión quemó a cristianos y a muy pocos judíos. Los mismos documentos lo demuestran, no es una mera conclusión mía.

¿Cuál sería, entonces, el motivo de que se diera en España una Inquisición?

-España era ante todo antisemita en su mayor parte, aunque de ninguna forma en su totalidad, lo que se manifestaba no sólo en relación con los judíos sino, asimismo, a los converse que tenían mucha influencia en la época. Los judíos influyeron sobre todo en lo económico pero los conversos tenían una influencia política directa; es decir, fundamental para ese momento... Por ejemplo, en cierto momento construyeron al menos el 50 por ciento del consejo del rey. No puedo imaginarme el impacto que tuvo esto para el pueblo en general.

Pero, ¿cree que hay otras razones más h portantes para que se diera la Inquisición en. forma más "salvaje"?

-Desde luego, pero muchas no son creíbles. El gran investigador español Menéndez y Pelayo, dijo que España corría el peligro de volverse judía. Es decir, toda España, y no sólo los criptojudíos. Y ello obedecía a que los conversos influían sobre toda la cristianidad española. Quizá por ello Menéndez y Pelayo llego a la conclusión de que la Inquisición fue necesaria para salvar a España. Aun en la actualidad, e incluso, a los mismos historiadores españoles les cuesta aceptar que crearon un monstruo que todavía vive en su memoria.

¿Había un odio lógico contra los judíos o era simplemente a razón de no aceptar lo diferente?

-Creo que ya era un odio de 2 mil años, muy antiguo y anterior al surgimiento del proceso cristiano. Proviene de la época helenística, de hace 2 mil 400 años. Los judíos, al ser extranjeros y constituir una minoría débil, temían la necesidad de apoyarse en el poder dominante, y el pueblo odia a quien ayuda a éste. Lo mismo ocurrió en Egipto, en la época de la dominación griega, la persa y la romana. El gran odio aumentó debido a la envidia por los logros de muchos judíos en varias profesiones. Hay muchas condiciones similares que se dieron en la Edad Media, y no sólo en España, sino en toda Europa.

¿Cree que en la actualidad ese odio sigue presente en todo el mundo?

-Bueno, ese odio se podría decir que es diferente, pero creo que al final es el mismo. Claro ahora se vive de otra manera.

*Un fragmento de esta conversación se publica en el libro El instante de la memoria (Editorial Praxis, México)