Repensar la marcha de hoy a más de un siglo del baile de los 41

Repensar la marcha de hoy a más de un siglo del baile de los 41
Por:
  • linda_atach

* Dedico este texto a Alejandro Brito Lemus, Charly Cordero, Jacqueline L’Hoist y Rodrigo Moheno, remarcables defensores de los derechos de la diversidad sexual. Los datos históricos aquí citados glosan una mínima parte de la espléndida investigación de la Dra. Laura Vélez Monroy.

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros", plantea la Declaración Universal de Derechos Humanos, Art. 1º.

Si este estatuto legal y moral se practicara, no existirían la discriminación racial, religiosa y étnica, ni mucho menos la que sufren y han padecido millones de personas por atreverse expresar su identidad de género. Si actuáramos en consecuencia a la idea de que “Todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos”, se hubieran evitado centenares de miles de asesinatos por homofobia, lesbofobia y transfobia, suicidios por desesperación, segregación, frustración y desamor. Si el artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos fuera una práctica y no sólo una utopía, no sería necesario subrayar el orgullo LGBT+ pues no existiría motivo alguno para celebrar y demostrar algo por demás natural e inherente como la igualdad que nos cobija a todos como seres humanos.

UN POCO DE HISTORIA. Como el más claro testimonio de un pasado que logra explicar el presente, la historia corrobora la natural existencia y también la presencia de una insistente negación de la diversidad sexual. Ejemplo de esto es la Grecia del 630 A.C donde la poetisa Safo fundaba una academia para mujeres en la isla de Lesbos, siendo, en referencia a dicha institución, que las mujeres que se relacionan con mujeres sean llamadas lesbianas o el Batallón Sagrado de Tebas (356 A.C.) un cuerpo de élite conformado por 150 parejas de amantes varones se convertía en una tropa invencible. Siglos más tarde el odio y la intolerancia dieron pie a que en 1184 la Santa Inquisición castigara a la homosexualidad con la muerte; vapuleada en 1200 por Santo Tomás de Aquino, que calificaba el sexo entre varones como pecado, en La Nueva España, cualquier manifestación homosexual o lésbica era penalizada como sodomía y delito de lesa majestad -La Pragmática de los Reyes Católicos se convirtió en ley en la Nueva España desde la consumación de la conquista hasta la gesta independentista-, algo que no desanimó la estrecha amistad establecida entre Sor Juana Inés de la Cruz y la virreina María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, a quien la décima musa dedicó intensos poemas de amor, que a la postre, la convirtieron en un icono lésbico nacional.

Ya en el siglo XIX, la intolerancia propició el desprestigio y el fin de la carrera del escritor irlandés Oscar Wilde, autor de El Retrato de Dorian Grey, quien, tras iniciar un romance con Lord Alfred Douglas, fue acusado de inmoral y condenado a trabajos forzados por dos años, décadas después, en 1901, en la Ciudad de México, se llevaba a cabo el arresto de 41 hombres que atendían un baile, 19 de ellos, que estaban vestidos de mujer, fueron obligados a enrolarse en el ejército y viajar a Yucatán para luchar contra los Mayas, sólo un año después, en 1902, se llevaba a cabo una nueva redada en otro baile de homosexuales, en el que dos de los arrestados correrían la misma suerte de sus predecesores; no obstante, lograron ampararse argumentando que no cometían ningún delito que ameritara dicha pena, convirtiéndose su caso en el primer acto de defensa por los homosexuales registrado en nuestro país.

Entre 1933 y 1944 la Alemania nazi persiguió homosexuales, arrestando y llevando a campos de concentración a personas sospechosas de homosexualidad, se calcula el asesinato de más de 15 mil personas, algo similar sucedía en la España franquista: en 1936 el poeta español Federico García Lorca era fusilado mientras que su asesino lo acusaba de “rojo y maricón”.

LA LUCHA. La redada el 28 de junio de 1969 en el bar Stonewall, es un parteaguas en la lucha por los derechos de la diversidad que, si bien tuvo lugar en el barrio de Greenwich Village en Nueva York, activó la conciencia del mundo despertando enojo, indignación y un genuino esquema de lucha social. No obstante el surgimiento importantes movimientos desde la creación en 1897 del Comité Científico Humanitario que planteaba una revisión social y psicológica de la homosexualidad y la eliminación de leyes que criminalizaran las relaciones homosexuales, la aparición en 1924 en Chicago, de la Sociedad por los Derechos Humanos y la primera en defender derechos de personas homosexuales y la emergencia en en 1928 de la revista mexicana Los Contemporáneos, dirigida por grupo de brillantes poetas y ensayistas, algunos de ellos abiertamente homosexuales entre muchos otros, los eventos de Stonewall dieron pie a una verdadera rebelión, una guerra urbana, tres noches de brutales enfrentamientos entre la fuerza represora de la policía y representantes de la diversidad sexual. Las Trans Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, fueron íconos de este enfrentamiento y de la lucha por los derechos civiles de la población LGBT además de representar, por ser Marsha afrodescendiente y Sylvia de origen latino, las demandas y la segregación de las minorías negras y latinas en los Estados Unidos.

El 29 de junio de 1970, la conmemoración de Stonewall proclamó el Christopher Street Gay Liberation Day con una marcha en diferentes ciudades estadounidenses y pasó a la historia como la primera marcha del orgullo gay del mundo. En 1979 la Ciudad de México fue escenario de la primera marcha del orgullo gay en nuestro país organizada por el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, el Grupo Lambda de Liberación Homosexual y el Movimiento Lésbico Feminista en México y la incansable labor de activistas como Nancy Cárdenas, Alejandro Brito Lemus, Claudia Hinojosa y Juan Jacobo Hernández, por mencionar sólo a algunos. Fue hasta 1983 que se organizó la primera marcha de transexuales, transgénero y travestis en la Ciudad de México, organizada por la Red LHOCA.

LA MARCHA EN MÉXICO HOY. Con 41 años de existencia y la incorporación de más colectivos representantes del arcoíris LGBT+, la marcha del orgullo 2019 conmemorará la primera redada conocida en México, la del baile de los 41; de este evento, Carlos Monsiváis afirmó que en realidad los participantes eran 42, pero la desaparición de los registros criminales del nombre de Ignacio de la Torre y Mier -yerno de Porfirio Díaz-, los convirtió formalmente en 41.

Dejando de lado las remembranzas y el anecdotario creo que, por ser la primera de una nueva era, esta marcha debe alertarnos sobre el hecho de que México sea el segundo país con más crímenes por homofobia en el mundo, además de la creciente falta de inclusión laboral, la violencia, la muerte y la falta de acceso a la salud que ahora vive en nuestro país la diversidad sexual. De acuerdo al último Informe de Letra Ese entre 2012 y 2018 al menos 473 personas LGBT fueron asesinadas en México por motivos relacionados a la orientación sexual o a la identidad y expresión de género percibida de las víctimas. Esa cifra significa que en promedio al menos 79 personas LGBT son asesinadas al año en nuestro país, lo que equivale a 6.5 homicidios por mes. El rasgo distintivo de los homicidios de personas LGBT es el ensañamiento con el que son cometidos. Los resultados del monitoreo dan cuenta de las múltiples violencias a las que fueron sometidas muchas de las víctimas antes de ser asesinadas o la saña a la que fueron sometidos sus cuerpos ya sin vida. Al menos 22 de las víctimas habría sufrido violencia sexual antes o después de ser asesinada, y los cuerpos de al menos 60 de las víctimas aparecieron con “marcas de tortura” o señales claras de ensañamiento.

El Dato: Baker se inspiró en la figura de Harvey Milk, primer político abiertamente homosexual, para crear una figura del orgullo y la esperanza para la comunidad LGBT. La bandera fue teñida y cosida a mano.

COROLARIO Y FERVIENTE DESEO. Hoy el orgullo debe ser compartido: heterosexuales, gays, lesbianas, trasvestis, transexuales, transgénero, intersexuales, queer, afrodescendientes, personas con discapacidad, niños, mujeres, migrantes, todos de la A a la Z, compartimos el estatuto de humanidad, algo que no debía requerir de más marchas ni muertes para explicarse y comprenderse.

Espero que para 2020 la marcha deje de visibilizar el orgullo y aplauda el respeto y la empatía de un mundo más decente con quienes viven y se manifiestan en él.

Retiremos ya a la comunidad LGBT+ la responsabilidad de la procuración de sus derechos.

Esto, es deber de todos.

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