Con pesar y voluntad, Ferrera hace faena de pundonor sin toro

Con pesar y voluntad, Ferrera hace faena de pundonor sin toro
Por:
  • larazon

Encapotado Sol, tendidos recobrando el aire, que mansos e indultos insulsos por igual los relajaron alegres semanas, de domingo se vivió el aplauso ante un matador ortopédico que avivaba las palmas y convidaba a los duelistas a asomarse al ruedo para saludar. Antonio Ferrera, cereza en sendas, cruces doradas, caminó, medias en punta, con resignación e incertidumbre; Arturo Macías y sus cejas, dorado sobre dorado, con pesadumbre y locura; Luis David, uvas y oros, con alegría.

Deseado, bragado rabicorto cornivuelto asifino montadito, muy movido llegó al palo, justo, con todo su morrillo de 541 de pesaje y embestida abocada, puro descaste, por la poca fuerza en sus remos delanteros. Por palitroques, expedito, en la muleta pasaba entregándose sin embestida ante lo que el de cereza le insistía. En matar, tendidamente, recibiendo se fue el abreplaza, silbado también, dedicado al hidrocálido Macías, de la tarde aún sin ver a un Antonio que siempre promete.

Para El Cejas, Consentido, media tonelada y diez, astillado de cornivueltas astas, buen morrillo, badana, pero muy protestado, y así fue a dar contra el peto del primer tercio que, de buenas a primeras, todo lo empeoró con su aviso. Macías persistió, lo ofreció al respetable, se le doblaba en la muleta con firmeza ,pero poca verdad. Casi al centro del pandero, más ensombrecido, Arturo quiso convencer por naturales y no pasó. Bragado, el segundo descastado, distrajo a un público que llegó a ver a un porfiado coleta que se pasó de lidia y aburrida. El final fue con media estocada ante un apencado que acabó en aviso y puntilla.

Escobetilla por rabón, Matacuervos y sus 510 de estampa cárdena nevada de los cuartos finales de su cortedad bragado. Picado, en breve, en buen sitio, quedó en quites sentidos, chicuelinas y desmayadas de un Luis David muy convencido de hacer su tarde con el ejemplar herrado con el número 169. Astillado del pitón natural para entonces, el tercer espada toreó con la punta de su muleta, airada, desperdiciando la fijeza del villocarmelo que acabó con seis pinchazos, un aviso y un bajonazo nervioso… y aplausos inexplicables para el bicho.

El dato. Hace años que no toreaba un matador con aparato ortopédico en La México.

Llegaba a la mitad la tarde decimocuarta, Chikis, 519 de listón, bragado y morrillo en alto, se enfriaba enero, y Ferrera dibujó con el capote un desdén precedido  de dos afarolados lances de bienvenida. Piquetito con la lanza, segundo tercio lucido con Odónez, el tercer tercio creció en la muñeca del matador balearés que quería, pausado, brillar como el perdón de aguja que traía por corbatín. Al ralentí, sin toro, parado el de la ganadería de Lagos de Moreno, danzó con pases hipnotizantes ante el tendido asolado, anotó una dozantina teatral y un par de pases de pecho que le hicieron el atardecer helado y lapislázuli, arrebatando con su labor intensa, poética al fin, dos peludas al juez y al respetable. Emocionado, sonriente de haber exhibido recursos de más, gustoso, concluyó captando, respirando la inspiración panista, su vuelta al ruedo.

Ruidoso, 556 kilogramos de bragado, cornivuelto zurdo, fue avisado y pitado en las cuatro, cinco puyazos que le colocó el varilancero. Valientes, calenturosas banderillas de Cristián Sánchez, casi no sale al ruedo de un público que lo arropa y con razón. Macías y su aparato buscaron al nevadito, ojito de perdiz, sin hallar a un cabeza suelta que lo enfrentó constantemente a los numerados de cuadrillas. Concluyendo con dos avisos y un pinchazo doloroso para el de a montera, El Cejas rabió para entregar a la arena el quinto malo.

Cierraplaza de noche, Caporal y sus 536 de peso y fijeza fue el mejor presentado, cárdeno claro de astas vueltas del encierro. Listón, apenas fue tocado por la puya, mal pasado por los rehiletes, y el de uvas algo alcanzó a decir con las mantas y poco pero cosas importantes con el esfuerzo de la muletas, en redondo, pegajoso pero con media embestida al listón sin gas. Para finiquitar al rabicorto con el que se enceló al trapo David, le pegó estocada de tres cuartos efectiva y de oreja.

Aniversario para todos en la Plaza México

La Plaza México celebrará en grande su aniversario con un ciclo variado para todo público. El sábado primero de febrero abrirán todos los rincones del Coso para que igual sabedores que villamelones se paseen, se den un quemón por todo el sitio, abierto o no, que resguarde del monolito de la colonia Nochebuena, incluso, hasta donde se pueda bien resguardar uno, frente a chiqueros. Además, por si fuera poco rezar el rosario en la capilla o los regalos que prometen, se podrá presenciar una tienta de hembras y de machos de lidia que quizá nos sequen de la duda del porqué arriban los bichos tan mansos a la Plaza.

Habrá que recordar que, desde hace un par de años, no se celebra fierro bravo en domingo de Super Bowl, por ende la siguiente cita, la de la corrida decimoquinta, será en sanlunes, 3 de febrero, en la que Enrique Ponce va a llegar a hacer lo suyo, Joselito Adame y la revelación José Mauricio a por lo suyo. Para cerrar con broche de oro, el cinco, mero día del cumpleaños de La México, se proyecta gran corrida del Morante de la Puebla, el fenómeno que no ha recogido nada en la monumental Roca Rey, el Payo y una suerte de coleta por venir.

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