Oregon gana el cuarto Rose Bowl de su historia

En un juego reñido de principio a fin, los Ducks de Oregon lograron el apretado triunfo 28 a 27 sobre los Badgers de Wisconsin, con una gran actuación de tres anotaciones por la vía terrestre de su quarterback, Justin Herbert, para quedarse con el Tazón de las Rosas, que se efectuó en el mítico estadio Rose Bowl de Pasadena, California.

Este título significó el cuarto en la historia de Oregon, pues se suman a los conseguidos en 1916, ante Pensilvania; 2011, contra Wisconsin; y 2014  frente a la Estatal de Florida.

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Apenas en la primera serie ofensiva del primer cuarto, Oregon culminó una gran conducción con el acarreo desde la formación escopeta con su propio mariscal de campo, para colocar los primeros puntos del juego. Sin embargo, un regreso de patada de 95 yardas de Lewis al tomar toda la banda, empató rápidamente los cartelones.

Más tarde, en el segundo cuarto, el quarterback de Wisconsin, Jack Coan, fue quien falló su pase al ser interceptado, lo que dio pauta para el touchdown de Oregon con la segunda anotación por la vía terrestre del pasador de Ducks.

Once segundos antes del medio tiempo, dentro de las diagonales, Quintez Cephus le dio la ventaja a Wisconsin, para poner el marcador 17 a 14.

Ya para el tercer periodo, los equipos especiales de Oregon bloquearon una patada, para que Anthony Lotti regresara hasta la zona prometida.

Aunque esa ventaja no duró, pues un corto acarreo de Mason Stokke, aunado a otra exitosa patada, puso diferencia de seis puntos con 12 minutos restantes.

El dato: El Tazón de las Rosas celebró su edición 106, para seguir con la tradición de un partido que han jugado 19 ganadores del Trofeo Heisman.

Cuando parecía que el compromiso se le complicaba a los Ducks, su defensiva recuperó otro balón que inmediatamente Herbert, por tercera ocasión, ingresó hasta la zona de anotación, para darle la vuelta al marcador 28 a 27.

Wisconsin tuvo un último intento, pero los castigos les costaron y los obligaron a despejar; Oregon consiguió mover las cadenas las veces necesarias para acabarse el tiempo y sentenciar la victoria.