Asfixiada por otras crisis, África encara una avalancha viral

Asfixiada por otras crisis, África encara una avalancha viral
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África tiene mucho qué arriesgar. Cuando se habla del continente más pobre del mundo como un nuevo foco del coronavirus, la pregunta es qué pasará si el Covid-19 se instala en las zonas más vulnerables de la región, que viven no sólo en un contexto de miseria, sino que enfrentan la guerra, el terror de organizaciones fundamentalistas, violencia y otras enfermedades que se han arraigado por años.

Todo esto combinado establece el escenario ideal para una propagación de la pandemia a la velocidad del rayo.

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Los hospitales ya están sobrecargados de casos de ébola, sarampión, malaria y otras enfermedades infecciosas mortales, y los conflictos armados han desplazado a cientos de miles de personas y destruido la infraestructura sanitaria.

Pedir a los pacientes que se pongan en cuarentena en casa no es práctico en muchas áreas, donde las familias se amontonan en una habitación individual, con letrinas comunales y donde sobreviven con las ganancias diarias.

“Deberíamos prepararnos para un desafío serio”, declaró ayer en conferencia de prensa John Nkengasong, jefe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África. “Todavía creo que la contención es posible, pero sólo con pruebas y vigilancia extensas”.

"Conocemos la fragilidad de nuestro sistema y, por eso, cuando se declaró el brote, los países simplemente entraron en acción”

Mary Stephen

Oficial técnica de África en la OMS

Inicialmente perdonado cuando el coronavirus golpeó a China y luego se extendió, África ha visto una avalancha de casos de Covid-19 este mes y los gobiernos se encuentran cercados, pues no cuentan con los recursos para hacer valer las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al menos 30 naciones africanas han reportado más de 400 casos, según el más reciente conteo de la Universidad Johns Hopkins, al cierre de ayer.

Devastado por una guerra civil que lleva cinco años, desde su independencia, Sudán del Sur, el país más joven del mundo, tiene sólo 24 camas de aislamiento, según su Ministerio de Salud, que expresó ante las Naciones Unidas su preocupación por el avance del virus.

Funcionarios en ese país tratan de alentar a la población a lavarse las manos, pero a muchas personas, en la empobrecida nación de 12 millones, ni siquiera les alcanza para comprar jabón, sin contar que el agua potable es un recurso de lujo, exclusivo para la reducida población privilegiada, la clase gobernante.

Según una encuesta de Naciones Unidas de 2017, menos de la mitad de la población en 34 países africanos tiene instalaciones básicas para lavarse las manos.

La semana pasada, las autoridades sanitarias en Burkina Faso, asediada por grupos yihadistas vinculados con el Estado Islámico y Al Qaeda, se declararon incapaces de hacer frente a un eventual brote de coronavirus. Sus cruces fronterizos no tienen sitios para aislar casos sospechosos, tampoco hay suficientes trabajadores de salud calificados.

UNA DOLOROSA LECCIÓN. Entre 2013 y 2016, el ébola mató a más de 11 mil personas en África Occidental, principalmente en Guinea, Liberia y Sierra Leona. A pesar de que el virus devastó a las comunidades proporcionó lecciones valiosas.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, creado por la Unión Africana en 2017, ha trabajado con la OMS para fortalecer la coordinación ante una emergencia sanitaria como esta, mejorar las pruebas y la vigilancia, y equipar sitios de tratamiento.

El número de países con laboratorios capaces de diagnosticar el Covid-19 en la región aumentó de dos a 39 en poco más de un mes. Pero eso todavía deja a ocho países en el desamparo.

A los pasajeros que llegan a los principales aeropuertos se les controla la temperatura y se les pide que completen cuestionarios de viaje, y en Nigeria, un grupo de trabajo se reúne a menudo para evaluar riesgos.

Con tres casos confirmados, la nación más poblada de África lucha por aumentar el número de camas de aislamiento y proporcionar capacitación y equipos médicos más especializados en hospitales estatales.

En Senegal, que ha registrado 27 casos, personal médico denunció que recibió de la OMS equipo de protección limitado. Según las autoridades en ese país, existe una gran cantidad de máscaras, guantes y camas para acomodar a docenas de pacientes; sin embargo, no hay reservas de ventiladores, uno de los recursos que más escasea.

En Sudáfrica, que tiene 62 casos reportados, los servicios médicos podrían quedar rebasados si el Covid-19 se propaga en las grandes barriadas del país.

Desde esta semana, miles de personas alarmadas invadieron los mercados para abastecerse de insumos. Los precios subieron en algunas partes, aunque al menos un país, Ruanda, trató de controlar los costos de los alimentos básicos. Y Kenia, una potencia económica de África Oriental, también experimentó una oleada de tiendas abarrotadas, tras informar su primer caso.

En cuestión de minutos, compradores en el exclusivo supermercado Carrefour cerca del complejo de la ONU en Nairobi comenzaron a apilar carros con toallitas, desinfectante y alimentos. Desde Sudáfrica hasta Senegal, largas colas serpentearon fuera de las tiendas mientras las familias se abastecían de desinfectantes y pastas.

Impacto supone pérdida de la mitad de su PIB

La Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) estima que el impacto del coronavirus aquí significará una pérdida de ingresos de hasta 65 mil millones de dólares, si los precios del crudo continúan su tendencia a la baja.

Según la secretaria ejecutiva de la CEPA, Vera Songwe, el Covid-19 afectará irremediablemente el comercio.

“Después de haber golpeado con fuerza al principal socio comercial de África, que es China, el Covid-19 tendrá inevitablemente un impacto en la actividad comercial”, declaró la economista camerunesa el viernes pasado en una conferencia de prensa.

El pronóstico se había realizado cuando apenas 15 países africanos habían reportado casos, es decir, la semana pasada.

África podría perder la mitad de su Producto Interno Bruto, el crecimiento pasaría de 3.2 a 2 por ciento, debido a la alteración de las cadenas de suministro mundiales, explicó Songwe.