Condenan treta de Bielorrusia para arrestar a opositor

Líderes europeos y legisladores de ocho países condenaron la táctica de “secuestro” del régimen bielorruso del periodista Roman Protasevich, solicitaron su inmediata liberación al presidente Alexander Lukashenko y suspender los sobrevuelos en la región ante este tipo de amenazas aéreas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el jefe diplomático del bloque, Josep Borrell, y funcionarios reprocharon la violación al transporte aéreo civil internacional al poner en riesgo a decenas de pasajeros de la aerolínea Ryanair al interceptar con un caza de guerra MiG-29 de la era soviética un vuelo comercial argumentando una “amenaza potencial” por la presencia de explosivos.

Con esa alerta, obligó a los pilotos a aterrizar en la capital bielorrusa Misk a unos 200 kilómetros de su destino cuando volaba cerca de los límites con Lituania, momento que aprovecharon para llevarse al joven de 26 años.

Sin embargo, el mandatario lituano, Gitanas Nauseda, denunció que esta supuesta amenaza fue un engaño del régimen bielorruso para obligar a la aeronave a descender en su territorio y aprehender al colaborador de la exaspirante a la presidencia, Svetlana Tijanovskaya; el también bloguero dio amplio seguimiento a los actos represivos durante las protestas por la sexta reelección de Lukashenko el año pasado, hecho por el que se le acusa de orquestar las movilizaciones.

En tanto, los presidentes de las Comisiones de Asuntos Exteriores del Congreso de Alemania, Estados Unidos, Irlanda, Letonia, Lituania, Polonia, Reino Unido y República Checa demandaron “que se suspenda a Bielorrusia de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por sus siglas en inglés) y que se prohíba todo sobrevuelo desde y hacia el país”.

En el documento firmado por Norbert Röttgen, Bob Menéndez, Charlie Flanagan, Rihards Kols, Zygimantas Pavilionis, Bogdan Klich, Tom Tugendhat y Pavel Fischer urgen a la Unión Europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a imponer sanciones contra Lukashenko al calificar de ataque a la democracia el riesgo en que se puso a los tripulantes y viajeros del vuelo FR4978.

El grupo insistió que además de una imprudencia es un acto que recuerda “la ilegitimidad de la administración que reclama la autoridad en Minsk”.

Mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Miguel Berger, se sumaron al llamado para liberar al activista y explicar el desvío de este vuelo.

Tras los hechos el regulador aéreo confirmó que abrió una investigación en espera del reporte de la aerolínea; no obstante, se dijo preocupado por obligar a un aterrizaje forzoso a un avión comercial, pues contraviene el Convenio de Chicago.

Mientras que la aerolínea, con sede en Irlanda, reportó que sus controladores recibieron un reporte de autoridades del país que sobrevolaban sobre una “amenaza a bordo”, por lo que bajaron para la revisión.

Horas después de que se informara la intercepción del vuelo, se reportó que éste retomó su ruta rumbo a Lituania, pero sin Protasevich.

Aliados de Protasevich denunciaron el secuestro del opositor cuando se dirigía al lugar en donde se refugió desde 2019 tras huir de su país natal, luego de que abrieran varios procesos penales en su contra, y denunciaron, según testimonios de pasajeros, que el periodista se encuentra en riesgo, pues al ver que estaba en territorio bielorruso supo que iban tras él, se levantó de su lugar, tomó una maleta del portaequipaje, le entregó su computadora y un teléfono a una acompañante, miró a los pasajeros y afirmó “aquí me matarán”; pero también bajaron a la persona a la que le entregó sus pertenencias.

Hecho que fue replicado por el canal de Telegram Nexta Live, en el que labora, al señalar que al joven le espera la pena de muerte, por lo que iniciaron una campaña en redes sociales para exigir su libertad con el hashtag #FreeRamanProtasevich.

Incluso el periodista Andréi Vaitovich señaló que el opositor envió mensajes a personas cercanas para alertar que un hombre lo venía siguiendo. En una fragmento de esta conversación se lee que Protasevich cree que un agente, posiblemente de la extinta KGB —de la Unión Soviética—, a quien describió como un hombre de mediana edad, en forma y calvo, quien presuntamente lo siguió hasta el aeropuerto de Atenas, en donde incluso se formó detrás de él posiblemente para revisar sus documentos de cerca y confirmar su identidad y su destino, pero de repente desapareció.

Por separado, la también opositora Svetlana Tijanovskaya exigió de manera inmediata la intervención de la Organización de Aviación Civil Internacional para investigar y castigar la intromisión del presidente Lukashenko y advirtió que “a partir de ahora ninguna persona de ningún país que sobrevuele Bielorrusia se le garantiza siquiera la seguridad básica”.