Biden y Putin abren vía de acercamiento... con pactos a regañadientes

Ante un clima de expectación por las tensiones en su peor momento entre Rusia y Estados Unidos, los presidentes Vladimir Putin y Joe Biden acordaron dar un paso en la relación bilateral y reinstalar a sus cuerpos diplomáticos.

A más de dos meses de la expulsión de 10 embajadores por bando ante acusaciones sobre injerencia política y hackeos, en las que hasta Biden tachó a su homólogo de “asesino”, las potencias limaron asperezas y determinaron que esta misma semana las comitivas que encabezan Anatoly Antonov y John Sullivan regresen a Washington y Moscú, respectivamente, esto tras el diálogo que se extendió por más de tres horas en Villa La Grande, en Ginebra, Suiza.

Los mandatarios, en compañía del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y secretario de Estado, Antony Blinken, coincidieron, por separado, que fue una reunión “constructiva y productiva” para reforzar lazos, garantizar la estabilidad y buscar un acercamiento, mismo que profundizarán por lo que no descartan una nueva reunión el próximo semestre.

El ruso, quien fue el primero en salir a hablar con reporteros, reconoció en su homólogo a un “líder político experimentado”, pues aunque ésta es su primera reunión como mandatarios, coincidieron hace unos años en la gestión de Barack Obama. El estadounidense devolvió la cortesía al admitir que éste es “un digno adversario”, aunque un político duro; esto luego de intercambiar puntos de vista en varios temas, lo que llevó a reforzar la cooperación en desafíos que ambas naciones enfrentan como amenazas internacionales y ciberseguridad, pues “promover intereses mutuos también beneficia al mundo” y a su relación, afirmó el estadounidense.

Putin adelantó el acuerdo diplomático para revertir la expulsión de personal y comentó que en esta cooperación podría haber incluso un intercambio de presos, sin dar más detalles, y agregó que el sucesor de Donald Trump es alguien con quien se puede trabajar y dejar las insinuaciones, por lo que se dijo satisfecho del encuentro.

En tanto, Joe Biden asentó en conferencia que hizo lo que tenía previsto hacer, al externar sus preocupaciones al líder del Kremlin, como el caso de los derechos humanos y las inquietudes sobre Ucrania, pues insistió que siempre pondrá de manifiesto sus prioridades cara a cara para evitar tergiversaciones y lograr soluciones directas. Asimismo, refrendó ante su homólogo que no hay un choque entre sus gobiernos, pues la agenda de EU “no es contra Rusia ni contra nadie”, sino para velar por sus intereses y responder a temas que los perjudiquen.

Además, dejó en claro que no tolerará ninguna interferencia contra la democracia en su país, al recordar la advertencia de hace unos meses por la supuesta intromisión para beneficiar a Trump en 2020, y aseveró que lo último que quiere ahora Rusia es “una Guerra Fría”.

Entre las marcadas diferencias destacó el caso de Alexéi Navalny, en el que Putin sostuvo que el opositor recibió su merecido tras ser condenado por fraude y agregó que la potencia rival ha financiado a adversarios y también ha cometido violaciones en la materia; mientras que Biden refirió que “los derechos humanos siempre van a estar sobre la mesa” para su gestión y que Rusia podría enfrentar acciones devastadoras si llegara a morir el opositor, quien según su defensa ha tenido severos problemas de salud.

En torno a la ciberseguridad, materia a la que dedicaron mucho tiempo, Biden resaltó que su gobierno se destaca por su “capacidad cibernética”; sin embargo, el ruso refrendó que no tuvo que ver con los hackeos contra sus instituciones del socio y evadió preguntas de la prensa.

No obstante, ambos insistieron que, pese a las hostilidades, han demostrado que se puede construir un camino de coincidencias para actuar juntos en la protección mundial como ante el terrorismo y mecanismos peligrosos y de armas sofisticadas; pues hasta hablaron sobre Afganistán, región de la que EU se comprometió a retirarse.

Horas más tarde, en un comunicado conjunto, señalaron que otra prioridad es actualizar el tratado nuclear de New Start.

Así, abrieron un diálogo para reducir toda amenaza y lograr avances en el control del armamento, pues el objetivo es “sentar las bases para futuras medidas de control y reducción de riesgos”, y aseguraron que no permitirán que Irán adquiera este equipo. Cabe destacar que la nación europea cuenta con el arsenal más grande a nivel mundial, con más de seis mil 600 ojivas, superior a las seis mil 450 de su adversario político.

Asimismo, resaltaron que “son capaces de avanzar en objetivos compartidos en el ámbito estratégico, reduciendo el riesgo de conflictos armados y la amenaza de guerra nuclear”; mientras que medios de ambas regiones confirmaron que se alistan conversaciones sobre el tratado de 2010.