Faltan votos a Evo para reelegirse... y se cae el sistema

La popularidad de Evo Morales, el primer presidente indígena de América, se quiebra. Los resultados de los comicios generales de ayer dieron cuenta de su debilitamiento como líder indiscutible en Bolivia, un país que si bien ha experimentado positivos económicos en la última década, demostró que ya no está de acuerdo en que su presidente se reelija siempre.

Por primera vez desde que llegó al poder en 2006, los resultados electorales apuntan a la necesidad de ir al desempate. El voto, con más de 83 por ciento de las actas escrutadas, dio al abanderado del Movimiento Al Socialismo alrededor de 45 por ciento, insuficiente para revalidar el cargo, por lo que tendrá que enfrentar al exmandatario Carlos Mesa en segunda vuelta, prevista para el 15 de diciembre.

El candidato de Comunidad Ciudadana obtuvo cerca de 38 por ciento de los votos, suficientes para intentar poner un freno al cuarto mandato de Morales.

Entrevistada respecto a la jornada boliviana, la especialista en asuntos internacionales, Claudia Serrano, dijo a La Razón que el hecho de participar en los comicios cuando la ciudadanía le dijo “no” en un referendo de 2016 pesó sobre los resultados.

“Evo Morales presentó el referéndum para que se aprobara una modificación en la Constitución para quitar el límite a la reelección, la ciudadanía respondió con el ‘no’, esto está enturbiando la posibilidad de que haya una elección tranquila porque la oposición está tomando esta candidatura como ilegal”, explicó.

"Evo presentó el referéndum para que se aprobara quitar el límite

a la reelección, la ciudadanía respondió ‘no’, esto está enturbiando la posibilidad

de que haya una elección tranquila”

Claudia Serrano / Internacionalista

Sin embargo, puntualizó que el presidente aún tiene un soporte que, pese a no ganar en la primera vuelta, le ayudaría a permanecer en el poder. “Trae un sustento por la gestión económica que ha trazado, entre los países ha tenido los mejores indicadores en estabilidad laboral y remuneración económica, además revirtió estragos con respecto a la pobreza, esto es lo que aún le favorece”, reflexionó Serrano.

En perspectiva, una eventual derrota o permanencia de Morales tiene implicaciones también para toda América Latina, donde la izquierda luce mermada, tomando en consideración que este mismo mes se celebran elecciones en Argentina, donde el progresista Alberto Fernández es un claro favorito, y en Uruguay, donde la derecha podría arrebatar el poder al partido del expresidente José Mujica.

El posible retorno de la izquierda en Argentina, explicó a La Razón Nayar López Castellanos, experto de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, responde a un proceso de descomposición que se dio en los últimos cuatro años con el gobierno del conservador Mauricio Macri, quien “reimpuso políticas neoliberales “que habían sido desplazadas” en Argentina durante los años del kirchnerismo (2012-2017), “y esto derivó en un empobrecimiento de la población, despidos, elevación de precios, desabasto y hasta cortes de luz”. Si se llega a confirmar el triunfo de Fernández, quien además va acompañado de la exmandataria Cristina Kirchner, como vicepresidenta, se reubicaría a Argentina en la geometría de gobiernos progresistas, indicó.

Para Claudia Serrano este escenario es interesante por los contrapesos que llegarían a nivel regional, “en especial respecto a Venezuela, o Ecuador”. Permite “otro tipo de consensos, un diálogo” entre gobiernos de izquierda que darían otra perspectiva a la problemática que tiene cercada a Caracas contra Estados Unidos y que eventualmente cerrarían filas para intentar aliviar la crisis humanitaria en ese país.

El cambio en Argentina y la permanencia del progresismo en Uruguay y en Bolivia obligaría a Sudamérica, además, a detener el “desmantelamiento” de la Unión de Naciones del Sur, que está casi en la extinción por la llegada de líderes como Jair Bolsonaro, en Brasil, Sebastián Piñera, en Chile; Iván Duque, en Colombia y Mauricio Macri, en Argentina, que buscan construir un mecanismo que integre a la región ya sin el proyecto de Luiz Inácio Lula da Silva, Hugo Chávez, Néstor y Cristina Kirchner, Rafael Correa y el propio Evo Morales.

López Castellanos admite que “con todo y los errores, la izquierda logró revertir los grados de desigualdad social en el continente, previo a sus llegadas.

“Las presiones de EU serán siempre un factor en la región con todos los gobiernos. Las sociedades han tenido una mejor experiencia bajo gobiernos de izquierda que de derecha”, apuntó Nayar López.

Con información de Evert Castillo

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