La última noche de Obama como “cómico en jefe”

La última noche de Obama como “cómico en jefe”
Por:
  • marta_torres

En Nueva York

Era su última cena anual de los corresponsales de la Casa Blanca, en la que tradicionalmente el presidente de Estados Unidos muestra su lado distendido con bromas sobre periodistas, políticos, famosos e incluso se ríe de los secretos peor guardados de Washington. En esta ocasión, Barack Obama no perdió la oportunidad de despacharse con los republicanos, reconocer su malestar con los reporteros por la excesiva cobertura que se da a Donald Trump, así como bromear con que su esposa Michelle Obama se había escapado de la Casa Blanca, porque su mujer nunca ha estado a gusto en Washington después de verse obligada a dejar su despacho de abogados en Chicago.

El presidente no defraudó a los que esperaban bromas sobre el candidato Trump, aunque jugó con los invitados a los regates.

“Bueno, voy a concluir esta noche con algo serio. Quiero dar las gracias a la prensa de Washington. La prensa libre es clave para nuestra democracia, y...

No, bromeando. Saben que tengo que hablar de Trump”, dijo Obama entre risas y aplausos.

“Estoy un poco dolido por el hecho de que no esté aquí. Nos lo pasamos tan bien la última vez. Me sorprende. Tiene la sala llena de periodistas, famosos, cámaras y luego dice que no viene. ¿Es la cena demasia-do hortera para Donald? ¿Qué podría estar haciendo ahora? ¿Estará en casa, comiéndose uno de sus filetes e insultando en Twitter a Angela Merkel?”, se preguntó el presidente.

Obama también comentó la desastrosa carrera hacia la nominación republicana y el pánico del establishment.

“El presidente del Partido Republicano Reince Priebus está aquí también. Me alegro de que tenga la noche libre. Enhorabuena por el éxito. Al Partido Republicano el proceso de nominación le va genial. Hay que seguir así”, insistió.

El presidente Obama también dedicó mofas a los políticos de su partido. Sobre todo para los candidatos a la Casa Blanca, el senador de Vermont Bernie Sanders y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton.

“Estoy herido por el hecho de que te hayas distanciado de mis políticas (dijo en alusión a Bernie Sanders). No se hace eso a un camarada”, indicó en referencia a que los republicanos les acusan de ser comunistas, el peor insulto que se puede hacer en la política estadounidense.

Sobre Clinton, empezó al principio de su discurso con una referencia a que empezará a hacer discursos para el banco Goldman Sachs, en clara referencia a las críticas por los millones de dólares que ha cobrado Clinton por sus intervenciones en este banco.

Al mismo tiempo, bromeó con que la candidata es como esa tía mayor de la familia que no sabe usar internet, para mencionar los problemas de Clinton con el voto joven en las elecciones primarias.

En cambio, le echó una mano al asegurar que “el próximo año será otro el que estará aquí. Es difícil saber quién será ella”.

Lo mejor, o quizá más personal, fue su manera de despedirse de los invitados:

“Obama, out (fuera, en inglés)”, dijo el presidente segundos antes de dejar el

micrófono caer al suelo. Es un gesto de victoria popularizado en la cultura del hip-hop durante los años 80 cuando los artistas entendían que habían realizado un gran concierto.

El mismo gesto y frase que dijo el jugador de baloncesto de Los Angeles Lakers Kobe Bryant antes de jugar su último partido tras 20 años de carrera:

“Mamba —como se refiere a sí mismo Bryant después de ver la película de Kill Bill, de Quentin Tarantino— out”.