Macron se enfrenta a su electorado: los jubilados

Macron se enfrenta a su electorado: los jubilados
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  • la_razon_online

Emmanuel Macron dejó de ser el rockstar de la política francesa. El presidente de Francia, que arrancó su mandato con 62 por ciento de popularidad, ahora se enfrenta a huelgas por sus controvertidas políticas. Miles de pensionados franceses se manifestaron ayer por las calles de París y otras ciudades en protesta por una subida de los impuestos.

La reforma aumentó en 1.7 por ciento la llamada contribución social generalizada, un impuesto destinado a financiar la protección social. Este aumento es para todos los contribuyentes, asalariados y jubilados que cobren más de mil 280 euros mensuales, lo que exonera a 40 por ciento.

El Dato: Un 74 por ciento de votantes jubilados votó a Macron en la segunda vuelta las presidenciales de mayo de 2007.

El descontento de los pensionados es un tema delicado para el exbanquero: Francia tiene 15 millones de jubilados que habitualmente votan en mayor porcentaje que el resto de la población.

La caída del respaldo a Macron entre los jubilados fue un factor clave en la derrota que su partido sufrió en unas elecciones locales el mes pasado, apenas ocho meses después de acceder al cargo, subrayando los desafíos que afronta la formación que carece de una base electoral tradicional.

“Ya nos han perjudicado lo suficiente”, aseguró a la agencia de noticias Reuters, Mado Gurard, de 75 años, quien votó por Macron en mayo pasado. “Los jubilados votamos. Tiene que escucharnos”, añadió.

Tres de cada cuatro jubilados votaron por Macron en la segunda ronda de las presidenciales de la primavera pasada. Un sondeo de Ifop este mes mostró que el apoyo a Macron había caído a 53 por ciento entre este colectivo.

Macron, que prometió hacer remontar la economía y limpiar la política, hizo campaña antes de las elecciones para aumentar la tasa de Cotización Social Generalizada (CSG), que ayuda a financiar los pagos de la seguridad social.

Sin embargo, muchos pensionistas se quejan de que les ha dañado un paquete de otras subidas fiscales, como la del diesel, y reducciones del sistema del estado del bienestar, incluidas ayudas a vivienda. Mientras, el gobierno ha rechazado una tasa a los ricos y está recortando los impuestos corporativos, lo que ha llevado a acusaciones de sus rivales de que Macron es “el presidente de los ricos”.

Hasta ahora Macron no ha dado muestras de un cambio de rumbo. “Le pido un esfuerzo para ayudarme a relanzar la economía, para los jóvenes”, manifestó  Macron a un extrabajador que se le quejó de una subida de impuestos durante una visita a Tours el pasado miércoles. “Nunca es agradable (una subida de impuestos) pero así es cómo es”, expresó.

Macron y su gobierno dicen que el alza del CSG, en esencia un impuesto a los ingresos, incluidas las pensiones por encima de los mil 500 dólares al mes, era necesario para compensar los recortes de los cargos por nóminas a las empresas y de los impuestos a la vivienda.

“Todo lo que está haciendo es muy injusto. En el pasado me gustó la idea de que no es ni izquierda ni derecha. Pero todo lo que hace es ultraderecha”, afirmó Simone Roger, de 71 años, añadiendo que no volvería a votar a Macron.

El gobierno francés estima que 20 a 25 por ciento de los pensionados sólo les afectaría en algunas decenas de euros frente al plan fiscal actual, mientras que los más acaudalados verían su economía afectada en cientos de euros anualmente.