A 130 años de su muerte, encuentran la tumba del "Hombre Elefante"

A 130 años de su muerte, encuentran la tumba del "Hombre Elefante"
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Después de 130 años de la muerte de El Hombre Elefante, la investigadora Jo Vigor-Mungovin, una de las mayores expertas del mundo sobre la vida de Joseph Merrick localizó su tumba en un cementerio de Londres.

El Hombre Elefante fue un fenómeno en la época victoriana de Inglaterra a finales del siglo XIX. Sus enormes deformidades provocaban tanta curiosidad como rechazo. Los restos óseos de Joseph Merrick fueron exhibidos durante unos años en el Royal London Hospital después de su muerte en 1890. Pero nunca se supo dónde fueron enterrados sus tejidos blandos.

Vigor-Mungovin investigó mucho sobre la figura de Merrick pero nunca se había parado a pensar dónde descansarían sus restos. Hasta que un día le preguntaron sobre ello y no supo decir nada más que "estará enterrado en el mismo lugar que las víctimas de Jack el destripador, ya que murieron en la misma localidad".

Al llegar a casa, comenzó a pesar sobre ello y decidió que tenía que encontrarlo. Acudió a los registros del Cementerio y Crematorio de la Ciudad de Londres y localizó el nombre de Merrick.

La fecha de entierro que figura en los registros es el 24 de abril de 1890, menos de dos semanas después de la muerte del Sr. Merrick el 11 de abril. El libro reflejaba también el nombre del forense que certificó su muerte y una dirección, que se corresponde con el último domicilio del llamado "Hombre Elefante"

Vigor-Mungovin explicó que está al 99 por ciento segura” de que localizó la tumba correcta. "Todo encaja, es demasiado para ser una coincidencia".

En un primer momento, la búsqueda dentro del cementerio se redujo a la zona en la que hay un jardín conmemorativo, pero con la ayuda de los trabajadores del Campo Santo llegó hasta la tumba de Merrick, en la que, dijo, pronto tendrá una placa conmemorativa.

A través de su cuenta oficial en Twitter, la investigadora escribió: "Hoy, después de semanas de correos electrónicos, investigaciones y visitas al #CityofLondonCemetery, se ha localizado el lugar de descanso final de #JosephMerrick. Sus huesos son @BHAandM para fines médicos, pero su carne / restos fueron enterrados en tierra consagrada después de un pequeño servicio. #Leicester R.I.P".

Today after weeks of emails, research & visits to the #CityofLondonCemetery the final resting place of #JosephMerrick has been located. His bones are @BHAandM for medical purposes but his flesh/remains were buried in consecrated ground after a small service. #Leicester R.I.P pic.twitter.com/MNSSf68Bh2

— Jo Vigor-Mungovin (@Berliozjo) 3 de mayo de 2019

Joseph Merrick nació el 5 de agosto de 1862 en Londres con el trastorno genético llamado síndrome de Proteus, el más grave de los registrados hasta ahora.Las malformaciones comenzaron a ser evidentes a los cinco años.

[caption id="attachment_915739" align="aligncenter" width="787"] Foto: Especial[/caption]

Sometido a burlas y humillaciones constantes, Merrick fue bautizado como el "Hombre Elefante"por las enormes deformidades de desarrolladas en su cuerpo.

Las más visibles eran las de la cabeza, sobre todo en la parte derecha de la cara y tuvo que ganarse la vida en el circo. Su infancia fue muy complicada. Asistió al colegio hasta los 11 o 12 años y tuvo que dejarlo después de la muerte de su madre.

Su padre se casó con otra mujer, que lo despreció desde el primer momento. Se mofaba de él hasta el punto que el pequeño Merrick se quedaba en la calle a la hora de comer, muerto de hambre, con tal de no estar junto a ella.

Con 13 años comenzó a trabajar en una tienda de tabaco, empleo que tuvo que dejar cuando las deformidades de la mano le impidieron liar tabaco con la mano.

Intentó buscar ayuda en la medicina y a los 20 años le operaron por primera vez, en la que le cortaron una parte de la cara. Pero los médicos le dejaron claro que no podían frenar el avance de su desconocida enfermedad.

La expectación que generaba su presencia en cualquier lado, le hizo pensar en que quizás podría ganar dinero exhibiéndose. Y así lo hizo. Junto a un empresario circense organizó varias giras y formó parte de "los fenómenos del circo".

En una de las actuaciones, Frederick Treves, un destacado cirujano, se interesó por Merrick y le convenció para que se realizara un examen completo en Londres. El resultado fue devastador. Las deformidades no sólo eran cutáneas, sino óseas pero no le afectaban al sistema cognitivo, no sufría dolores de cabeza y era una persona perfectamente lúcida.Cuando el doctor trató de que un equipo de científicos lo examinara, sufrió un rotundo rechazo.

[caption id="attachment_915748" align="aligncenter" width="600"] Foto: Especial[/caption]

Su futuro se complicó en 1884, cuando la sociedad victoriana prohibió la exhibición de "fenómenos" y decidió trasladarse a Bélgica para tratar de seguir ganando dinero exponiéndose al público.

De regreso a Londres sufrió la experiencia más traumática de su vida. En la estación de a calle Liverpool, un grupo de personas lo arrinconó y lo machacó a golpes.La Policía intervino y entre su ropa encontraron una tarjeta de Treves. El cirujano acudió en su ayuda y logró que lo ingresaran en el Hospital de Londres, en una habitación apartada de cualquier paciente, en el ático del edificio.

El aspecto de Merrick había cambiado notablemente en los dos años que habían pasado desde la última vez que estuvo con Treves. Las malformaciones aumentaron, no podía moverse por sus propios medios y desprendía un olor nauseabundo.

Sin embargo, pasado un tiempo el hospital indicó a Treves que no podía mantener más a un paciente con un caso incurable y le dijo que tenía que dejar el centro. Treves, desesperado recurrió al diario "Times" para pedir ayuda. En una carta al director, contaba el caso de Merrick y pedía ayuda para saber dónde podía trasladarlo para que pasara sus últimos años de vida. La respuesta fue sorprendente. Los lectores enviarion numerosas cartas de apoyo y tal cantidad de dinero que Merrick tenía asegurados los cuidados hasta su muerte.

Una sociedad que se había burlado, que había denostado a un enfermo, que lo había apaleado, cambiaba de opinión y volvía a apreciar a Merrick, que comenzó a recibir numerosas visitas en el hospital.

La tristeza por el rechazo que generaba cambió cuando Treves le concertó una cita con una viuda para que lo visitara, hablara con él y le cogiera de la mano. Cuando este hecho llegó a la opinión pública, damas, actrices y hasta la Princesa Real pasaban horas sentadas con Merrick.

Cuando su vida comenzó a cambiar y se sentía querido y admirado, murió de forma súbita a los 27 años. Merrick se quedó dormido sentado y debido al gran peso de las deformaciones de la cabeza, al inclinarse se le cayó la cabeza y se partió el cuello.

El cirujano y amigo de Merrick murió en 1923 sin saber la enfermedad que sufría Merrick, pero dejó todo listo para que los avances médicos lograran averiguarlo en algún momento.

Dejó moldes exactos del cuerpo, mandó guardar los huesos y tomó muestras de tejido y piel, aunque se perdieron durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial. Los moldes y los huesos sobrevivieron y fueron la clave para que un grupo de expertos dermatólogos pudieran estudiarlos en 1090 y determinar que sufría un trastorno genético conocido como síndrome de Proteus. La vida de Merrick fue llevada al cine por David Lynch en 1980.

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