Canacintra: discurso de esperanza del Gobierno se convirtió en el de "desesperanza"

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos, aseveró que a lo largo del tiempo y con los mensajes que lanza el Gobierno federal, poco a poco se ha transitado del “discurso de la esperanza, a la desesperanza del discurso”.

Durante el Consejo Directivo Nacional de Canacintra, en la que fue reelecto Enoch Castellanos como presidente nacional para el periodo 2021-2022, el empresario manifestó que México necesita garantizar certeza y seguridad para salir adelante de la crisis derivada por el Covid.

Refirió que si el Gobierno sigue apostando por la "polarización social, a pasar por encima de la ley cada vez que no se acomoda a lo que quiere, a conducirse con odios, partir de datos alternativos a la realidad e intimidar a quienes no se doblegan, sólo presagian nuevas y peores tormentas".

Abundó también en que "no se deben abrir frentes en donde se esté contra todo y todos" como estrategia electoral, "ni gestionar los temores de la gente y los poderes de la Unión", mismos que garantizan equilibrios democráticos; o la incomprensible descalificación de las justas demandas de las mujeres.

“No se puede gobernar bajo la nostalgia del ayer, como tampoco ver a futuro sino aprendimos del pasado. Pasamos poco a poco del discurso de la esperanza, a la desesperanza del discurso. Si una lección nos ha dejado la pandemia es que la cooperación y el trabajo conjunto pueden hacer la diferencia. Trabajar así no es una señal de debilidad, sino de fortaleza”, afirmó el empresario.

Enoch Castellanos también cuestionó la estrategia que ha implementado el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador desde el inicio de la pandemia, en la cual dijo que hubo "estrategias erradas" y que incluso minimizaron el impacto que el Covid podría generar en la economía y salud de los mexicanos.

Destacó que la Canacintra fue de los primeros organismos empresariales en llamar a la Presidencia de la República a instrumentar medidas puntuales para salvar a la mayor cantidad de empresas, pues no pedían privilegios ni el rescate de grandes firmas.

Sin embargo, “ante los oídos sordos que encontramos en el Gobierno federal con sus evidentes consecuencias” los gobiernos estatales fueron sensibles a la situación y trabajaron en conjunto. De lo contrario, expuso, las afectaciones a la industria hubieran sido peores.

En este sentido, argumentó que si bien los apoyos sociales del Gobierno son necesarios, serán insuficientes, sobre todo si responden a una razón electorera y no de bienestar.

Finalmente, hizo un llamado a llevar a cabo un diálogo entre los empresarios y el Gobierno, al que le corresponde ejercer las políticas públicas que generen certidumbre, un marco jurídico confiable de largo plazo e incluso apoyo financiero a través de la banca de desarrollo.

EGC