Cada quien su INE

Cada quien su INE
Por:
  • Carlos Urdiales 1

Mientras la no-rifa del avión expresidencial termina de organizarse y se multiplica por tres la bolsa-garantía del premio especial, con carretadas de miles de millones de pesos que, nos vamos enterando, tiene en sus arcas el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Franz Kafka aquí y ahora hubiera sido costumbrista), nuestro árbitro electoral enfrenta una disyuntiva trascendente; una auténtica Metamorfosis.

Hoy, al INE se le mira bajo dos cosmovisiones respecto a su historia, presente y futuro. Enrique Andrade, Marco Baños, Pamela San Martín y Benito Nacif salen del Consejo General este año. En la Cámara de Diputados, la mayoría de Morena y asociados se frotan las manos para imponer a sus relevos. Unos apuestan por perfiles profesionales, con experiencia en la democracia colegiada e incluyente; otros, por incrustar a los fieles a la 4T; lealtad sobre conocimiento.

Sergio Gutiérrez Luna, diputado por Morena, pretende desaparecer los 32 OPLE, organismos electorales locales, y recargar todo el trabajo en un INE hípercentralizado, recortado en su presupuesto, y si pueden también con un Consejo General reducido de 11 a 7 integrantes. Además, el aparato de gobierno interno ha sido abordado por embajadores de la 4T que confesaron que llegaron a hacer política y no lo que su membrete ordena.

Hay quienes, como la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, consideran que el ecosistema intelectual en el cual el antes IFE, ahora INE, se ha desarrollado. Miran un club de académicos y políticos presuntamente neutros que se rotan cargos y absoluciones intelectuales. Fifís que sin hacer vida política ejercen una de las mayores grillas nacionales.

A partir de esa premisa, su clara intención es renovar al INE con sus cuates y su cuota mayoritaria. Leales a los ganadores de hoy, fieles a la voz del Presidente López Obrador. Una transformación de fondo; la toma por asalto del órgano electoral para hacerla suya e inevitablemente, quitarle su carácter plural, formal. Justificación tienen, capacidad y convicción, también. Quieren un nuevo INE; el suyo.

Otros ven en la historia del INE, la construcción de una estirpe de prefectos con valores democráticos sustantivos; nadie, nunca, ha defendido a éste o anteriores Consejos por ser perfectos; ninguno lo ha sido, ni lo será, pero sí por los equilibrios que han construido sobre la marcha, contrapesos activos que han cincelado un INE ejemplar para otros árbitros democráticos a nivel internacional. Hay quienes prefieren un INE plural y profesional.

Hay quienes piensan que sólo ellos son buenos-buenos e impolutos; que los otros son malos-malos e indecentes. Hay amnésicos, como Irma Eréndira Sandoval, quien el fin de semana reconoció la valía en solitario y dignidad del consejero Roberto Ruiz cuando en 2015 lo llamó racista, clasista y defraudador. https://twitter.com/viamontessr/status/1226642485306363904?s=21

El INE debate su futuro entre quienes lo prefieren imperfecto, plural, vigoroso, y quienes lo añoran oficialista, plegado y uniforme. Las tomas pasivas de la CNDH, CRE, CNH, IFT y otros órganos autónomos sustentan las preocupaciones y ambiciones de unos y otros.