Emergencia sanitaria nacional

Emergencia sanitaria nacional
Por:
  • Carlos Urdiales

Enfrentar la pandemia del Covid-19 demanda seriedad, información —no propaganda— solidaridad y unidad nacional. El tema es más serio de lo que el Presidente transmite con actitudes y desplantes. La emergencia es más próxima al tono que usan médicos y científicos del mundo avocados al tema.

No, no es la peste como atinadamente señaló AMLO durante su gira por el noreste donde tuvo la deferencia de bajarse a saludar de mano a la mamá de El Chapo Guzmán; tampoco es, como parece inferir nuestro mandatario, un complot neoliberal para atacar a la 4T y su cruzada a favor de austera honestidad.

El Covid-19 es un coronavirus más que no amenaza con extinguirnos como especie, simple y dramáticamente nos avisa del colapso de los sistemas públicos y privados de salud ante una contaminación masiva y simultánea. Más que suficiente para que las medidas de restricción sanitaria paralicen la economía del planeta y adelanten graves contracciones en arcas públicas grandes y emergentes.

El mensaje de ayer del Gobierno federal busca contener la propagación acelerada a través del confinamiento; es como dijo López-Gatell, ahora o nunca. Si lo tomamos a la ligera, si todos jugamos al héroe vamos a toparnos con un sistema de salud al cual no le bastarán responsabilidad y honestidad para satisfacer la demanda, literal de vida o muerte, para acceder a un ventilador pulmonar, a una cama de hospital en terapia intensiva y no a carpas improvisadas faltando cuarto para las doce.

La petición es una sola: quedémonos en casa. Por el bien de todos, quedémonos en casa. El impacto del Covid-19 no da ya más lugar a ocurrencias ni a chistes sobre nuestra endémica fortaleza de raza de bronce o sobre la juventud demográfica del país ni tampoco a que la romántica imagen de familia mexicana propia de la época de oro del cine azteca alcanzará para remediar tragedias por venir.

Hay que difundir el llamado de las autoridades y acatar sus instrucciones. Aún hay demasiada gente que no se entera o que lo toma a lo AMLO, ayudemos con información de boca en boca, de chat en chat. Todo el impacto económico que semejante restricción ocasione tendrá algún remedio, la pérdida evitable con atención oportuna y eficaz de una sola vida, no.

Hace bien el Gobierno en estar tan ocupado por la debacle económica que viene detrás —al lado— de la pandemia sanitaria. El PIB nacional se contrajo en 2019 durante tres trimestres consecutivos; el periodo de enero a marzo 2020 con o sin epidemia pintaba negativo. Ahora será mucho peor. No hay salud financiera ni austeridad republicana que alcancen a amortiguar el brutal golpe.

Que el Presidente López Obrador asuma que la pandemia es otro adversario más de la 4T está mal, pero finalmente es asunto del mandatario como interpreta la historia cotidiana. Que otros políticos vean en la pandemia oportunidad para torpemente torpedear a López Obrador, está en su naturaleza. A nosotros toca guardar, guardarnos y ayudar a los demás en lo posible.