Arturo Vieyra

La inflación en el carrusel

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra
Arturo Vieyra
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Buena sorpresa nos dio el Inegi con el dato del INPC correspondiente a la primera mitad de noviembre, cuyo incremento respecto a la segunda mitad de octubre estuvo muy por debajo de las expectativas de los analistas, 0.04% versus 0.33% del consenso de la última encuesta de Citibanamex.

La parte positiva del dato, además de estar por debajo de lo esperado, consiste principalmente en el hecho de que la inflación medida en su tasa anual (el crecimiento de la primera quincena de noviembre respecto del mismo periodo del año anterior), se redujo drásticamente hasta alcanzar una tasa de 3.43% desde 4.09% en la segunda mitad de octubre.

Con ello, de nueva cuenta el crecimiento de los precios en México se ubica dentro del llamado “rango de variabilidad del objetivo puntal de Banxico (3.0%)”, es decir, que la inflación anual debe oscilar en un intervalo entre 2.0% y 4.0%.

Una evaluación más precisa de la reciente cifra de precios —que es indispensable para evaluar las futuras acciones en materia de política monetaria— consiste en distinguir las fuentes de esta disminución en la tasa de inflación. Para ello hay que considerar el desempeño de los dos grandes componentes del INPC.

En primer lugar, el subíndice subyacente, que es el componente de mayor peso en el INPC con una participación del 70% (es el indicador por excelencia para evaluar la trayectoria de mediano plazo de la inflación) registró una acentuada baja, alcanzando una tasa de 3.68% anual desde 3.93% previo.

La inflación subyacente desciende básicamente por un ajuste a la estacionalidad del INPC, especialmente, por el cambio y alargamiento de la temporada de El Buen Fin. Con ello, la inflación de mercancías distinta de alimentos y bebidas se redujo hasta 3.07% anual desde 3.89% en la quincena previa, contribuyendo en buena media a la menor inflación anual.

Por otro lado, el subíndice no subyacente (que mide la dinámica de precios más volátiles como los agropecuarios y de la energía) también desciende hasta 2.67% desde 4.50%, principalmente por los ajustes a la baja en los precios agrícolas y de la gasolina. Cabe notar que este descenso en la inflación no subyacente contribuye con casi la mitad al descenso de la inflación general.

Dos hechos son relevantes. El primero, una parte de la reducción de la inflación de la primera mitad de noviembre tiene un carácter temporal, debido al cambio y prolongación de fechas de la temporada de El Buen Fin, con ello, se registró una reducción anticipada de los precios respecto al año pasado. Inevitablemente, los precios de mercancías subirán en cuanto termine dicha temporada. En segundo término, los precios agropecuarios pueden entrar en un periodo alcista por la entrada de la temporada navideña. Considero que, por estas razones, es previsible un alza en la tasa anual de la inflación en diciembre, no obstante, estimo que difícilmente alcanzará de nueva una tasa de 4.0 por ciento.

En términos de política monetaria, una inflación estable, la paridad del peso fortalecida y debilidad de la demanda, son condiciones propicias para una baja anual en la tasa de interés por parte de Banxico en su próxima reunión de diciembre.