Bibiana Belsasso

Un Katrina sin Fonden

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Han pasado 17 años desde el desastre natural que causó el huracán Katrina en Nueva Orleans, Estados Unidos.

El paso de Katrina se convirtió en el tercer huracán que ha azotado con mayor fuerza en la historia de Estados Unidos. La furia del agua en esa zona era por todos conocida, especialistas se adelantaban a la tragedia y aseguraban que podía llegar un desastre natural y devastar Nueva Orleans y sus alrededores.

Funcionarios locales habían advertido a Washington que urgía presupuesto suficiente para darle mantenimiento a la infraestructura hidráulica. Esa estructura es la que forman unos diques para controlar el agua y evitar inundaciones como las que se vivieron.

El entonces Gobierno federal de George W. Bush, no sólo quitó recursos, sino que ordenó la reducción más fuerte en la historia al presupuesto de Nueva Orleans para el control y mantenimiento de la infraestructura hidráulica. Bajaron de 10.4 millones de dólares a 3.6 millones de dólares. El excedente de ese presupuesto fue desviado para la Guerra de Irak.

El 31 de agosto de 2005, Katrina se fortaleció hasta llegar a ser categoría 5, con vientos máximos sostenidos de 175 mph, y con esa fuerza golpeó la ciudad que contaba con más de 480 mil habitantes, de los cuales el 70% era de raza negra.

Oficialmente, se calcula que murieron mil 833 personas y que más de un millón se quedó sin hogar en Nueva Orleans y a lo largo de la costa del Golfo de Luisiana, Mississippi y Alabama. La mayoría falleció  por ahogamiento, lesiones, traumatismos y afecciones cardíacas.

En una entrevista, el entonces presidente George W. Bush indicó que nadie podría haber pronosticado lo ocurrido con Katrina, lo cual evidentemente fue una mentira, las advertencias de esa tragedia ya habían llegado de manera oficial a su gobierno. No sólo eso, Bush tardó días en llegar a la zona de la tragedia y en enviar ayuda. Un año después de la tragedia, el expresidente tuvo que reconocer que se había actuado mal.

Falló la prevención

Oficialmente, tras el paso del meteoro se calcula que murieron mil 833 personas en Nueva Orleans, en agosto de 2005.
Oficialmente, tras el paso del meteoro se calcula que murieron mil 833 personas en Nueva Orleans, en agosto de 2005.Foto: Reuters

Ingenieros civiles habían indicado que el sistema de protección contra inundaciones de Nueva Orleans “no sólo era obsoleto, sino que estaba incompleto, que los diques necesitaban mantenimiento y que el sistema de drenaje y bombeo para lidiar con el agua que entraba a la ciudad no era adecuado”.

Bush no sólo desvió recursos de Nueva Orleans, sino del presupuesto para desastres naturales del resto de Estados Unidos. Muchos de los recursos para desastres naturales fueron enviados hacia la guerra en Irak, que hasta ese momento había costado más de 200 mil millones de dólares, poco más de 2 mil soldados muertos y al menos 27 mil víctimas civiles.

Meses antes del paso de Katrina, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) solicitó a la Casa Blanca unos 14 mil millones de dólares para reforzar y ampliar los diques que protegían a Nueva Orleans; sin embargo, Bush concedió muy poco y el resto lo mandó a Medio Oriente.

Desafortunadamente, el informe de FEMA tuvo razón, y para el 2005, cuando Katrina azotó Nueva Orleans, como se dijo, los diques no aguantaron y la ciudad se inundó en un 80 por ciento.

Hoy, más de 10 mil personas aún no regresan a Nueva Orleans y se estima que actualmente hay poco más de 300 mil en la ciudad que no han podido recuperar sus viviendas. Cientos de personas permanecen en calidad de damnificadas. Mientras los costos económicos por Katrina ascienden a unos 125 mil millones de dólares.

La austeridad sale cara no sólo en cuestión de dinero, lo más grave son las vidas que se pierden. Y es algo que deberían de aprender nuestros gobernantes. Las obras hidráulicas no lucen, no se ven, no son faraónicas, no dan votos, pero si fallan, se pierde mucho.

México en estos momentos padece de severas inundaciones que han causado afectaciones y miles de damnificados en varios estados.

En las últimas tres semanas, en Sinaloa no ha parado de llover, principalmente en Culiacán, Guasave y Mazatlán, el reporte es de más de dos mil personas afectadas, incluso, se han visto cocodrilos nadar en las calles inundadas.

Sonora es otra de las entidades que se ha visto fuertemente afectada por las intensas lluvias, donde se calcula que hay más de seis mil damnificados. Nogales fue el escenario más reciente de los estragos causados por las precipitaciones, y donde el fin de semana pasado murieron tres personas.

El norte del país reporta que sus presas han aumentado de nivel de agua, algunas hasta más del 100%, como en Coahuila, donde hace unos meses sufrían de una terrible sequía, hoy están bajo el agua.

Inundaciones también ha habido en estos días en Jalisco, Nayarit, Colima, Michoacán o Querétaro.

El Estado de México y la capital del país no han estado exentas de los estragos de las lluvias y fuertes granizadas.

En abril se dio a conocer la puesta en marcha de la rehabilitación del drenaje de la Ciudad de México, pero sólo se hará en algunos tramos. Llevamos en la CDMX viviendo con tuberías con más de 30 años sin mantenimiento o sustitución.

Hace tres días, en la cabecera municipal de Macuspana, Tabasco, una fuerte lluvia provocó una inundación derivada de la insuficiencia del drenaje. Todos los años se inunda Tabasco, todos los años hay que desalojar a la gente y pierden todo, lo poquito que tienen. Pero son obras caras, mejor invertir en Dos Bocas.

Recordemos que, además, el Fondo de Desastres Naturales, el reconocido Fonden, desapareció por decreto gubernamental en julio de 2021.

Hasta el momento no se ha anunciado una estrategia integral de la sustitución del Fonden, y de acuerdo con la organización México Evalúa, de enero a junio de este año, el presupuesto para reconstrucción, que era lo más fuerte del Fonden, disminuyó 88 por ciento.

Poniendo el ejemplo de Nueva Orleans, el rubro de reconstrucción del Fonden, aquí en México, sería lo que le quitaron al presupuesto para fortalecer los diques que no aguantaron la fuerza del agua y por lo que se inundó Nueva Orleans.

El Gobierno federal afirma que tiene un seguro para desastres naturales, cuya suma asegurada es de hasta 5 mil millones de pesos y se activa ante los desastres naturales que superen el nivel mínimo de daños de 275 millones de pesos y hasta un acumulable de 750 millones de pesos. Pero primero habrá que ver bajo qué condiciones se puede cobrar este seguro, y más importante, ¿dónde está el presupuesto para invertir en obras que prevengan estas tragedias naturales?