Daniel Alonso

El arte de las simulaciones

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“Creímos en grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició”. Con esta frase llena de grandeza y muy prometedora, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunciaba que la justa mundialista que representará el centenario se disputaría en tierras sudamericanas. Uruguay, Argentina y Paraguay, los tres países seleccionados, pero unas cuantas líneas abajo del mensaje, una posdata que anunciaba que, en España, Portugal y Marruecos, se continuaría el torneo.

Con esta sorpresa la FIFA anunció un nuevo mundial con múltiples sedes y por primera vez, múltiples continentes. Así, en principio, la prensa sudamericana festejaba que el mundial se jugaría ahí, la realidad es que la competencia se desarrollará principalmente en Europa y aún estamos en espera si Marruecos tendrá solamente un partido o algunos más de los 104 encuentros que se tienen planeados.

Desde hace varios años se manejaba con un dejo de sentimentalismo la idea de que Uruguay debería ser la sede del campeonato mundial de futbol, como un lindo homenaje a la enriquecedora historia del futbol mundial que en tierras charrúas se escribieron. Después, en el entendido que la infraestructura del país era insuficiente, se sumó a la Argentina como coanfitrión y así poder satisfacer las necesidades primarias de un evento de tal magnitud.

Ven burro y se les antoja el viaje, dicen en mi pueblo. Por lo que aprovechando que la FIFA miraría sí o sí o la posibilidad de disputar el mundial en Sudamérica, el actual presidente de la Confederación Sudamericana de Futbol, Alejandro Domínguez, sumó a Paraguay a la fiesta mundialista. Así que los federativos se frotaban las manos, pero no contaban con un pequeño factor: el poder de la UEFA.

Si tomamos en cuenta que Rusia es un país que no pertenece a la Unión Europea, estaríamos hablando que desde Alemania 2006 el mundial de futbol no pisa Europa Central, por lo que era prácticamente imposible sumar otros cuatros años a la espera. Así apareció España y Portugal, países que finalmente serán los encargados de organizar la Copa del Mundo del 2030. No olvidemos que el Real Madrid y Barcelona tendrán dos estadios de primer mundo y ahora lo interesante será saber en cual de estas ciudades se jugará la final. Y para no dejar fuera la nostalgia del “centenario”, darle tres partiditos a Uruguay, Argentina y Paraguay, fue una medida de compasión y compensatoria sabrá Dios a cambio de qué.

Si buscaban algún manual de cómo hacer más rentable un negocio y los pasos a seguir en dicha estrategia de discursos y planeación, sólo basta repasar la carrera de Gianni Infantino como presidente de la FIFA, con su eslogan: “Todo el mundo debe jugar un mundial”. Por lo pronto, serán al menos dos torneos lejos de lo que estábamos acostumbrados. Probablemente este nuevo modelo sea todo un éxito, el mundial de Estados Unidos, con la tímida participación de México y Canadá, será el primer examen por evaluar.

Y bueno, una vez la euforia baje, los aficionados en Uruguay y Argentina podrán entender que la designación del 2030 es una derrota absoluta a la historia del futbol.