Daniel Alonso

Contra toda lógica

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Desde hoy y hasta el ­domingo, las ligas de futbol más importantes del mundo tendrán sus últimos compromisos previos a una pausa que durará casi mes y medio; el motivo no es otro que darle paso a la máxima fiesta del futbol, al evento deportivo más importante del planeta, la Copa del Mundo que hará su debut entre desiertos y tierras del Medio Oriente.

Fue en 2010 el origen de la irreverencia. De la mano de Joseph Blatter, se fraguó una de las votaciones para elegir sede mundialista más oscuras de la historia. Todo estaba listo para que Estados Unidos fuera elegida sede, en teoría, para darle equilibrio a la elección de Rusia 2018 y los dos ejes políticos reinantes quedaran empalmados. Pero no fue así, sorpresivamente un país de Medio Oriente logró la sede del 2022.

A pesar de que la infraestructura, el clima, las ideologías, la cultura deportiva y todos los factores que no hacían lógica la elección, los petrodólares se impusieron y Qatar se transformó en sede oficial. De acuerdo con investigaciones periodísticas de la prensa británica, Qatar gastó 200 millones de dólares para darle forma y vida a su candidatura, mientras que Estados Unidos invirtió 5 millones. En el presupuesto de los jeques, habrá que incluir los sobornos que se repartieron los varios miembros del Comité que votó para la elección del país anfitrión.

Una vez que Qatar fue elegida, la primera interrogante fue el clima de calor extremo que se impone en los meses de junio y julio, la solución fue mover las fechas por primera vez en la historia para que la competencia se desarrolle en noviembre y diciembre, época en la que el clima es menos hostil. La otra interrogante fue cómo arreglar los calendarios de las ligas para que esto fuese posible. Después de muchos debates, UEFA aceptó hacer la pausa invernal para que Qatar fuera un hecho.

Con el mundial en medio, muchos pensamos que este factor ayudaría a los futbolistas para llegar en mejores condiciones y no fundidos como suele también interpretarse que sucede en los torneos que se llevan a cabo en verano; pero el resultado a final de cuentas ha sido el mismo, y las múltiples bajas de figuras alrededor del mundo, también han sido una constante.

El otro tema fue el choque cultural y los graves señalamientos que se han hecho en otras investigaciones, sobre la organización de Qatar, y puntualmente, la construcción de los estadios, que serán grandes obras de tecnología y arquitectura, ha costado cientos de vidas a trabajadores; la selección de Dinamarca participará con sus logos difuminados en señal de protesta.

El día de ayer la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) lanzó un llamado para olvidar las polémicas y sólo disfrutar de Qatar 2022; es decir, olvidar las protestas por las violaciones de derechos laborales; olvidarse de todas las prohibiciones que violan los derechos más básicos de la humanidad. Cada día que pasa, se suma alguna nueva anécdota que hace de Qatar 2022, el mundial de la irreverencia, pero siempre somos capaces de imponernos a la lógica y estoy seguro de que aún falta mucho por ver.