Daniel Alonso

Madrid que nunca muere

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El sueño de la 15 sigue intacto. Son 90 minutos (probablemente 120 o hasta penales) los que separan al Real Madrid para una final más de Europa, la cual no pierde desde 1981. La batalla más dura de la actual Champions comenzó en Madrid ante el Manchester City de Pep, que se presume como el rival más fuerte. Pero mientras más difícil sea el reto para el Real Madrid, mayor será la motivación y anoche fue prueba de ello.

Como era de esperarse, el enfrentamiento entre Carlo Ancelotti y Pep Guardiola, dos de los grandes cerebros que hoy dirigen en la élite del futbol y que semana a semana confirman su capacidad para interpretar el futbol, fue un deleite de planteamientos tácticos y cambios en las alineaciones iniciales como el de Camavinga en la lateral izquierda; el dibujo del cuadro inglés al más puro estilo del “futbol total” que caracteriza a sus equipos también sorprendió tomando en cuenta el último antecedente entre ambos.

Por todo lo anterior, el Real Madrid fue capaz de marcar gol en el mejor momento del Manchester City, demostrando una efectividad del 100% (un tiro al arco y un gol) y con sólo un poco más del 20% de posesión de la pelota; pero la respuesta del City no quedó atrás, y cuando el Real estaba cerca del segundo, apareció Kevin De Bruyne para igualar el partido con una calca del primer gol de Vinícius Jr.

Es verdad que el actual campeón del torneo no pudo sacar ventaja en el Santiago Bernabéu, pero este resultado convierte al Real Madrid en un equipo más peligroso, porque su entrenador podrá jugar con la mente de los Citizens y del propio Guardiola. Ayer demostró que estar bajo el dominio de la posesión del balón y echado atrás, no es impedimento para aniquilar con un latigazo a Vinícius o Rodrygo. La vuelta en Inglaterra no será apto para cardiacos, es el sello de la Champions y del ADN del Real Madrid.

La prensa en general habla del duelo de ayer como la “final adelantada” y literal, pareciera que ya no hay más que el juego de vuelta en suelo británico y dan como futuro campeón al equipo que salga victorioso. Pocas veces en ediciones anteriores había sucedido esto, que una semi se robara el 99% de atención y esta tarde, en Italia, habrá un juego de alta tensión, el conocido Derby della Madonnina entre el Inter y el Milan; estas palabras nos remontan inmediatamente a las imágenes que le dieron la vuelta al mundo en lo que todavía no eran tiempos de la hipervelocidad digital, porque hace 18 años llovió fuego desde el cielo de Milan, la fotografía de Materazzi (Inter) junto a Rui Costa (Milan) contemplando las bengalas lanzadas por los ultras del Inter, es una imagen imborrable en la historia de la Champions League.

Aquella vez el cuadro rossonero fue el ganador y avanzó a la final para perderla ante el Liverpool, conocida como “El milagro de Estambul”, porque el club inglés logró remontar un 3-0 inicial y vencer a los italianos en penales. Curiosamente, este año también se jugará en tierras turcas la final, que originalmente estaba agendada en 2020, pero el Covid impidió que se realizará ahí. ¿Nuevamente habrá final entre ingleses e italianos? No hay que darlo por hecho, porque el Real es capaz de vencer hasta el propio destino.